lunes, 2 de julio de 2012

CUANDO EL CAFÉ ESTUVO PROHIBIDO.

A una inmensa mayoría de gente le gusta tomarse un café después de las comidas, aunque por supuesto siempre hay excepciones y los hay que se toman un té o una manzanilla por aquello de hacer bien la digestión o incluso nada. A mi desde luego este preciado liquido negro extraído de la semilla del cafeto me gusta hasta comiéndome un plátano, pero aunque parezca mentira o una broma, el café en otras lugares y épocas estuvo prohibido “así como suena”.

No se sabe a ciencia cierta de donde es originario el café, se apunta o al menos la leyenda cuenta de que lo descubrió un pastor etíope de la provincia de Kaffa en Etiopía, y que más tarde se extendió por Arabia, aunque también dicen que las antiguas tribus africanas ya lo consumían. El médico y botánico alemán Léonard Rauwolf fue el primero que lo introduce en Occidente en 1583, tras haber pasado viajando diez años por Oriente Medio. Antiguamente lo consideraban como un brebaje bueno para el estómago, en cambio ahora es un veneno para los que padecen de problemas estomacales. En el siglo XV son los musulmanes los que lo dan a conocer en Persia, Egipto, África Septentrional y Turquía donde se abre la primera cafetería allá por 1475 en Constantinopla. Pero antiguamente y para mucha gente los efectos del café eran considerados como nefastos y demoniacos, y de hecho los imanes ortodoxos y conservadores de La Meca lo prohíben en 1511, y en El Cairo en 1532, pero a raíz de la popularidad del producto sobre todo entre consumidores intelectuales impulsó a las autoridades a cancelar el decreto. En 1511 el sultán Kair-Bey ordenó la destrucción de todas las plantaciones de café, y el que lo consumía le daban una paliza y si era reincidente lo metían en una bolsa de cuero y lo arrojaban al mar. En 1611 algunos terratenientes alemanes también prohibieron el consumo de café y en el norte de Alemania estuvieron casi un siglo sin probarlo, hasta que Federico II de Prusia despenalizó su uso, pero sometiéndolo al pago de un fuerte impuesto. El malestar frente al café se impuso en Europa sobre todo en el norte hasta el siglo XIX. Cuando llega a Europa por primera vez en el siglo XVII algunos sacerdotes católicos; “estos como siempre dando la nota” lo prohíben por considerarlo una amarga invención satánica, pero el Papa Clemente VIII lo probó y quedó cautivado por su sabor y optó por considerarlo una bebida excelente para los católicos, “y como lo dijo el Papa eso fue a misa”. En cambio en la Inglaterra de 1650 se populariza tanto el uso del café que Londres abre su primera cafetería en 1652, aunque más tarde al convertirse las cafeterías en puntos de encuentros de ideas liberales por parte de filósofos y letrados, en 1676 la agitación es tal y se le atribuye al uso del café que el fiscal del rey Carlos II de Inglaterra pide el cierre de las cafeterías, citándolas como fuentes de crímenes y ofensas contra el rey y el propio reino, pero la reacción en contra de tal decisión es tan fuerte que el edicto tiene que ser revocado. En Berlín a pesar de los problemas que tuvieron los alemanes del norte anteriormente con el consumo del café abre su primera cafetería en 1670, y en París tienen su primer café en 1686. En Estados Unidos el café entra con fuerza a principios del sigño XIX. Pero en Europa lo realmente duro con el café se vivió en Rusia el siglo XIX, cuando por beber café te podían hasta torturar y mutilar, ya que si la policía zarista encontraba una persona muy nerviosa y un poquito subida de tono lo achacaban al consumo, y les cortaban la nariz y las orejas. Las primeras semillas de café llegan a Sudamericana desde las Antillas francesas en concreto a Colombia. Los principales productores de café están en Sudamericana en Brasil y Colombia, y en el continente asiático en Tailandia e Indonesia. Dicen que el café pone nervioso y quita el sueño, pero el jodido que bueno que está, y si le añades unas gotas de coñac sobre todo cuando hace frío el placer es más intenso.


22 comentarios:

  1. Mis aplausos Rafa. ¡Vaya artículo más currado!
    Te invito a un café para que descanses, yo te acompañaría con un té, pero tampoco me gusta. ¡Es que soy más rara!

    Un besote,y bienvenido.

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  2. Hola Rafa, ¿ya has vuelto de buscar caracoles? pensaba llamar al Sr.Lobatón para que te buscase jaja.
    Cuanta información sobre el café, de verdad que has tenido faena recopilándola. El café no me gusta demasiado (más bien poco) pero a un cortado con hielo no le hago ascos con esta calor.
    Besos, feliz tarde

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  3. Una entrada muy completa sobre el café. Yo tomo cuatro o cinco al día y de momento creo que no me perjudica.
    Espero que hayas descansado bien, yo en mi viaje no mucho, creo que hice demasiados kilómetros en cuatro días-
    Un abrazo.

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  4. Bienvenido, Rafa !!! Espero que hayas disfrutado mucho de la recolecta de caracoles. Lo cierto es que has llegado con nuevas energías dispuesto a regalarnos todas estas curiosidades sobre el café. A mí que no me lo quiten porque sin café no funciono, son mis baterías y tengo que recargarlas con tres cafecitos al día.
    Un abrazo!!!

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  5. Muy buen artículo, digno de la "Muy" jeje.Buen regreso,"yo también no estoy", como siempre pero "sin embargo me muevo"...

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  6. A mí me encanta el café. Y sobre todo su aroma recién molido.

    Buen artículo, Rafa.

    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  7. Buen repaso a los avayares del café, se ha hecho casi imprescindible para muchísima gente, un abrazo!

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  8. Saludos, pasaba buscando una noticia que lei hace siglos sobre el café y he caído en tu casa. De paso te dejo una taza.

    Muy buenas tus entradas, enhorabuena, con permiso te enlazo.

    No hagas caso del título de mi blog, lo escribí cuando unos mal nacidos cerraron el mío.

    http://censurasigloxxi.blogspot.com.es/

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  9. Bienvenido Rafa, hoy me quedo tomando un café con tu entrada.

    Un beso.

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  10. Una interesante información Rafael para los forofos de cafe como yo, encantada de entrar en tu espacio amigo y mil gracias por tu comentario en el blog de Maria,besines

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  11. Estimado Rafa:

    Por ser un buen consumidor de café y café bueno porque vivo en un país en donde el consumo del café es abundante, me refiero a Suecia; por venir originalmente de un país cafetero como Colombia, tengo que decir que no hay nada más agradable para despertarse por las mañanas o para cuando uno está cansado de tanto estrés que la jodida vida te da, con una buena taza de café. La historia es muy interesante y por fortuna esas prohibiciones son solo un mal recuerdo del pasado...por ahora yo seguiré con mi café y cantando aquélla vieja canción cubana que dice así: "..."Ay Mamá Inés, ay Mamá Inés, todos los negros tomamos café...".
    Un abrazo y buena por esta historia sobr eel café.

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  12. Tranquila Teresa que si no te gusta ni el café ni el té, nos hincamos un cubata y santas pascuas. O unas gordas como le dice Mota a las cervezas. Gracias y besos.

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  13. Verónica lo del cortado con hielo también está divino de la muerte, y desde luego como apuntas, con las calores que hacen pasa por el gaznate lo fresquito la mar de a gusto. Pues si ya estamos de vuelta, y ya sabes que dicen que lo bueno dura poco.

    Besos Verónica.

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  14. Helio a mí el café también me gusta con locura, y me bebo varios al día, creo que más de los que debiera. En cuanto a lo que comentas de las vacaciones yo en pocos días también me hago una barbaridad de kilómetros, pero como se suele decir "palos a gusto no pican". Yo cualquier ciudad o pueblo que visito me gusta patearlo de arriba abajo, y si es posible meterme hasta el último rincón. Vamos que si conduciendo me hago kilómetros, andando ni te cuento, o sea que descansar como que más bien poco.

    Un abrazo.

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  15. ATENEA ya veo y como me imaginaba somos muchos los que nos gusta el café. Yo me tomo uno o los que tercien, me fumo un ducados, y me quedo como Dios. Como comentas, recargo baterías.

    Besos.

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  16. Gracias NuMaN. Lo importante es estar, y asomar el morro de vez en cuando, mientras movamos el ala es señal de que estamos vivos.

    Un abrazo.

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  17. Mos como dices creo que pocos aromas hay tan agradables como el café recién molido. Yo me acuerdo que hace años cuando lo molía mi madre, a veces estaba durmiendo y el olorcillo me desapartaba.

    Un abrazo.

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  18. silvo hay gente y lo creo que con café dicen que aguantan lo que le echen. Yo hasta pienso de que eso de que quita el sueño es una leyenda urbana, aunque yo como duermo muy mal, ya hace años que después de cenar me lo tomo pero con leche.

    Un abrazo.

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  19. censurasigloXXI. Gracias por pasarte por este espacio, y por esa taza de café. Recojo el testigo y me paso por el tuyo.

    Saludos.

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  20. Gracias María ya estamos otra vez por aquí dando la vara, y espero que aunque en la distancia, compartamos muchos cafés.

    Besos.

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  21. shantal gracias a ti por visitarme y aquí estoy para lo que gustes. Siempre serás bien recibida.

    Besos.

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  22. Gustavo gracias amigo por tu comentario. El café resucita a los muertos, y me acuerdo muy bien de esa canción cubana que mencionas. Hace años aquí en España sonó con mucha fuerza.

    Un abrazo.

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