jueves, 27 de noviembre de 2008

FRASE DEL DÍA.

Con todos mis respetos a la Iglesia, pocos olores existen tan desagradables como el del incienso. Y no es que yo acuda con frecuencia a la casa de Dios para ser purificado con dicho heno, pero cada vez que me he topado paseando por la calle un santo y derraman dicha hierva me mareo.

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