Un activista se descuelga de la Giralda con una pancarta por la abolición de los toros. El manifestante se descolgó con unas cuerdas y desplegó un cartelón de 35 metros cuadrados. O sea que sube un tío a la Giralda con un bazoca colgado en bandolera, vuela el Giraldillo y se carga a media ciudad y no se entera ni él Cristo del Gran poder.
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