Un hombre
en Vigo intenta asesinar a su exjefe con una hoz tras haber sido
despedido: “coño yo creía que estas herramientas agrícolas ya
solo eran piezas de museo”. La última que yo vi, fue una que tenía
mí padre que la heredó del suyo, y de esto ya hace más de
veinticinco años. Pero el jefe era duro como el acero, yo creo que
este tío es el propio Robocop, o el Inmortal porque ojo con lo que
le arreó y no le dio matarile. Según declaraciones de la víctima
el trabajador se presentó en la oficinas de los aparcamientos que
este hombre regenta, y sin mediar palabra cogió una silla con la que
le golpeó y derribó: “la silla sería de papel”, ya que tras
golpearlo en el suelo lo levantó y lo lanzó contra una mesa de
cristal que se hizo añicos del impacto: “yo en este punto ya me
vería con las costillas partidas”. Pero siguió la traca, y a
continuación lo estampó contra un bloque de hormigón, “aunque
seguro que no sería de hormigón armado de toda la vida, o la cabeza
de este sujeto es más dura que un mojón de las carreteras”. El
jefe consiguió salir de la oficina, y durante la persecución el
pirado del exempleado cogió una hoz que había en el jardín y se la
clavó en la espalda; “si es la hoz de mí padre y con el hollín
que tenía sino se lo cepilla en menos de veinte minutos el jefe
pilla la gangrena”. También se la intentó clavar en el pecho,
pero la víctima lo impidió al protegerse con el brazo; “no era un
brazo lo del menda, era una tubería del treinta”. Al tío todavía
le quedan fuerzas para salir corriendo y se refugia en su vivienda
que está en una finca anexa a los aparcamientos. El exjefe además
recibió cortes en la cara, los brazos, las rodillas y en el cuello.
La víctima se recupera de las heridas, y como de esto ya hace varios
días, y viendo la fortaleza del menda a estas horas seguro que ya se
ha hincando más de una paella; y el agresor un varón de cincuenta y
tres años y con antecedentes fue detenido y acusado de intento de
homicidio. Este hombre se ha sumido en una gran depresión y cada
cuarto de hora tienen que pincharle para tranquilizarlo, pero no
porque sabe que va a ir a la cárcel, sino porque con el empeño,
ansias, y leña que le metió al exjefe, acabó reventado del
esfuerzo y no consiguió dejarlo tieso.
EL SOPLO AL CORAZÓN
Hace 9 horas