COMENTARIO DEL DÍA.

Una mujer casi mata a su marido ahogándolo con sus enormes tetas. Se trata de una pareja alemana, en la que su situación sentimental no atravesaba por un buen momento. Ella ya no quería seguir compartiendo su vida con él, pero la muy lagarta tampoco quería que el marido siguiera vivo, y optó por darle matarile. Podía haber elegido otros métodos para aniquilarlo, pero dentro de lo malo, pensó que antes de que la cascara disfrutara un poco. Y la manera más eficaz para que el tío pasara un buen rato era cepillándoselo con sus melones. Según la denuncia del marido intentó asfixiarlo con los pechos, y para ello le comió la cabeza atribuyendo que se trataba de un juego sexual, aunque está claro que no se trataba de la primera vez que lo ponían en practica. La mujer le puso las tetas sobre la cara, y cuando el marido se quiso dar cuenta dice que ya estaba azul y no podía respirar. Como pudo se desprendió de los enromes globos que lo ahogaban y se fue a casa de un vecino a respirar. El vecino le dijo que el gozaba de buenos pulmones, y si su mujer dejaría que a él lo asfixiara, pero a este no le quedaba resuello ni para replicarle. La mujer reconoció su culpa, pero declaró que quería que el pájaro muriese feliz y dándole chupetones a sus majestuosas tetas. Pero lo más cojonudo es la cara que se le quedó a la Merkel cuando se enteró de la noticia.