Os dejo esta cosa de "Pisando charcos". Mañana os iré visitando, que entre el fin de semana y el puente de los "muertos" he andado un poco liado. Me disfracé de pulga y todavía me pica todo el cuerpo. (Un abrazo a todos y gracias por los comentarios).
Qué
bonito era pisar charcos
Cuando
yo era mozo
Con
aquellas calles embarradas
Y unos
hoyos de mil demonios.
Cuando
mi ciudad era pueblo
Y llovía
a mansalva
Que
alegría patear charcos
En las
puertas de las casas.
Las
calles sin asfaltar
Sin
aceras ni bordillos
Y yo
pisando charcos
Gozando
como un gorrino.
Aunque
mi madre me soltara
Alguna
colleja
Yo me
metía en los charcos
Y que
feliz era.
Recuerdo
aquellos carros
Y
aquéllos viejos carreteros
Que
blasfemaban mucho
Y se
tiraban pedos
Con faja
ancha
Envuelta
en la cintura
Con el
puro en la boca
Y saliva
en las comisuras.
Escupiendo
como jabatos
Y
bramando como puercos
Aquello
era un espectáculo
Que no
tenía precio.
Cuando
el caballo se atascaba
En
aquellos barrizales
El
carretero se enfurruñaba
Y se
cagaba en su padre.
Rascándose
los huevos
Se
apeaba del carro
Y
proliferando insultos
Tiraba
del caballo.
Yo me
reía cada vez que los veía
Y seguía
pisando charcos
Hasta el
ocaso del día.
Si entre
el barro pisaba
Una enorme
mierda
Era sana
y de caballo
Y a veces con solera.
Ya no
soy zagal
Ni piso
charcos
Ya no
hay calles embarradas
Y todo
es un puro asfalto.
Ahora ya
ni llueve
Ni
carros ni carreteros
Solo
ruidos y polución
Y un
tráfico que da miedo.
Los
carros son coches
Que
chocan en las esquinas
Y los
carreteros conductores
Que se
insultan
Y se
excitan.
Sigo
pisando mierdas
Pero
ahora son de perro
Y no
aquellas de caballo
Que era
para quitarse el sombrero.
Ahora si
hay aceras
Y
grandes bordillos
Y sino
andas con ojo
Te partes
un tobillo.
El
asfalto hierve
Hasta en
el mes de enero
Con lo
bonito que era
Aquel
barro sucio y negro.
Ahora mi
pueblo
Es una
gran ciudad
Con
grandes avenidas
Y un
gentío sin cesar.
Hay
semáforos
Y pasos
de cebra
Y si no
pillan a una vieja
Te roban
la cartera.
Y lo que
más me jode
Volviendo
a los perros
Es que
ahora hay muchos
Y con
caras de enfermo.
Con lo
bonitos que eran
Aquello
caballos
Tan
fuertes y robustos
Y con
los cascabeles colgando.
Ahora ya
no hay fango
Pero si
llueve fuerte
Los sumideros
revientan
Y los
zurullos florecen.
Hasta
los niños teníamos
Otra
disposición
Ahora
como no pisan charcos
Andan
como robots.
Ya no
soy mancebo
Ni piso
aquellos charcos
Y ni mi
madre me dice
Niño no
te metas en el barro.
Si
algunas estrofas
No guardan
rima
La culpa
es de los charcos
Que ya
no los hay como los había.
La verdad es que era una gozada.
ResponderEliminarDe pulga? Eso estás hecho tú.... una pulguica mala. Un abrazo.
ResponderEliminarJajaja. Me he reído en algunas estrofas, pero la verdad es que tienes toda la razón. Ayer hablaba con un alumno mío de que los niños de ahora no juegan en las calles. Es penoso. Así dudo que puedan soñar, relacionarse, imaginar mil historias y asombrase del mundo. Ahora son todo tablets, televisión y ordenadores. Ojalá me equivoque, pero no sé si van a saber expresar sentimientos a no ser a través de una pantalla, entre otras muchas cosas. Aunque yo tengo una sobrinita de 9 años que es lo más creativo que ha parido madre. Ya veremos.
ResponderEliminarBesos, Rafa.
La de charcos que he pisado de cría.
ResponderEliminarLuego me tocaba limpiar las botas de agua que llegaban a casa con barro, me daba un asco, ja,ja.
Besos
Me he reído con tus charcos porque además dices la verdad, ya no hay charcos como los de antes.A mí aún me gusta pisar charcos.
ResponderEliminarY nos sigue gustando pisar charcos.
ResponderEliminarAbrazos
jejeje te envidio, yo nunca pisé charcos!!!
ResponderEliminar...pero todavía hay tiempo, falta la lluvia, que ahí sí está en chino! ;)
Besos Rafa! =))))
Bueno, aunque no sean como aquellos, el caso es seguir pisando charcos sin cesar de hacerlo... :)
ResponderEliminarSalud y abrazo
Muy cierto, Rafa... todo son ahora grandes ciudades, desconocidos, ruido, tráfico saturado, velocidad. Los niños, ya no tienen esa libertad de jugar al aire libre, de brincar, de ensuciarse, de conocer lo que pasa en el entorno. Y lo que viene todavía. ¡Aough!
ResponderEliminarUn abrazo, pulgoso, jaja.
Con un poco de humor nos traes a la memoria recuerdos de aquellos años, que no eran mejores ni peores, eran diferentes, había mas charcos, menos polución, pero también mucha miseria. Añoramos nuestros primeros años sobre todo por aquella niñéz tan diferente que nos permitía estar gran parte del día jugando en aquellas calles sin asfalto y aun no nos dolía la espalda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ayyyyy ... aquellos charcos benditos !!!
ResponderEliminarDe aquellos charcos/polvos/barros vienen estos lodos, inspirado Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hombre Rafa.. Ese mundo que explicas de los carros y los caballos, de tu ciudad cuando era pueblo, me recuerda una peli del oeste.. a ti te veo de Kirk Douglas y yo me veo de John Wayne, no por nada porque es mas alto..jeje..
ResponderEliminarEl retrato que has hecho de la actualidad es real como la vida misma, pero te falto algo si no te sabe mal, son los artilugios de ruedas por las aceras "empeitan" a los peatones, niños, viejecitas, inválidos, y demás humanos que les estorban para ir a toda velocidad en bici, patinete, monopatín, y diferentes nuevos bichos que invaden impunemente nuestras aceras, yo estoy pensando en salir a la calle con rodilleras, tobilleras, coderas, chaleco antibalas, casco, y dentadura de esas que usan los boxeadores, nada mas que para protegerme un poco, !Ah! y me he instalado unos retrovisores porque salen por donde menos te lo esperas..
Un abrazo amigo..
Jajaja de pulga pues no me extraña que todo te pique.
ResponderEliminarSi es que con estos dias festivos parece que andamos despistados, bueno tu, saltando jajaja.
Me has recordado con los charcos a cuando era niña y chapurreaba con los pies jajaja.
Besos.
Era una nina tontamente limpia y bien educada evitando los charcos...
ResponderEliminarHagas lo que hagas te queda de lujo, a todo le pones un puntito de humor, eso de que te vististes de pulpa jajajaja, me ha llegado.
ResponderEliminarMi felicitación, amigo por tus trabajos.
He tardado en venir porque mi mama empeoro, y tuve que dedicarle más atención, estuve un día entero en el hospital con ella y al final le dieron el alta.
Ahora está mejor, pero hay que vigilar más, es una demencia senil grave. Bueno no quiero entristecerte.
Feliz jueves, querido Rafael.
Yo cuando chica lo hacía constantemente con mis botas de agua rojas, ahora cuando veo uno... me tengo que controlar...
ResponderEliminar:)
Besitos
Que recuerdos de infancia y adolescencia me ha traído tu poema pues he sido pisa-charcos y he disfrutado mucho con esta diversión sobre todo si llevaba las botas katiuscas......pasados los años y ya de adulta me he vuelto a recrear en ello y sin las botas pero ha sido todo un aliciente saltar sobre un charco teniendo cerca a alguien para salpicarle (de confianza claro) a mí también me lo han hecho.Saludos cordiales
ResponderEliminarVeo que pasaste por mi blog. Je¡Je¡
ResponderEliminarPuse entrada con el mismo título hace poco tiempo.
http://eraseunhombre.blogspot.com.es/2016/09/pisando-charcos.html
Mas de uno hemos ido pisando charcos, pero ahora adoro el asfalto y todo bien limpio.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa, eres geníal y no digo más!!!!!
ResponderEliminarJajajajajaja.
Un abrazo.
Me has hecho reír y recordar. ¿Sabes que de niña recogíamos los cagajones del caballo para unir a la comida de los cerdos? ¡De película! Abrazote.
ResponderEliminarHay algo de infantil, de travieso, de loco, de arriesgado en ir pisando charcos, casi como una felicidad culpable.
ResponderEliminarUn beso
Tus nostagias te hacen recordar tu juventud,aquella juventud que se vivian sin la doblez altual
ResponderEliminarEn las ultimas lluvias iba yo saltando en los charcos, una niña me vio, e hizo lo mismo nos miramos y sonreimos.
ResponderEliminarRapidamente la madre salio y empezó a gritos a renirle.
Para terminar diciendo:
Anda que no he pasado yo resfriados por cculpa los charcos...
Lo de siempre..unos si, pero tu no...
Besos
Sos único - Tu mujer debe de estar celosa de vos de lo que se te quiere aqui en tu blog
ResponderEliminary la cantidad de nosotras que te sigue .....
Buen fin de semana . Disfrutate
el poema bellísimo
Eres genial Rafa!!
ResponderEliminarSoy de campo y sigo pisando charcas
Y no veas cómo disfruto!!
Besitos!!;
Buenos y divertidos recuerdos.
ResponderEliminarQué tiempos!!.
Besotes
jajajaja claro que la culpa no es tuya, muy ameno y muy bueno tu poema no tiene porque rimar esta muy bueno , un beso grande Rafa desde mi brillo del mar
ResponderEliminarQue llueva de una vez, pisaremos los charcos y las alcantarillas se lleven los zurullos y las pulgas,jejeje
ResponderEliminarSalud.
Yo sigo pisando charcos para jugar al escondite con él ...el autoengaño y me zambulló entre aguas turbias que suelen ser más limpias que aquellas en las que la luz rezuma.
ResponderEliminarTodos deberíamos de pisar charcos y en cada uno de ellos recordar el dulce pasado entre calado con el amargo de cada ahora y sus grisáceos.
Un abrazo
Que más da que rime o que no, lo importante es lo bien que se pasaba...... que tiempo aquellos... que nunca se olvidan.
ResponderEliminarEres genial y creativo
Un fuerte abrazo, poeta.
Me has hecho recordar a un compañero de colegio que el primer día de vuelta a casa tiró todos los libros a un charco gigante....
ResponderEliminarQue loco...
Saludos.
Un poeta pues....
ResponderEliminarRafa que importa la rima lo interesante es lo que dices y los charcos da gloria pisarlos incluso ahora de mayor de forma discreta meto los pies en ellos.
ResponderEliminarLa poesía no tiene porque llevar rima, lo que define la define como tal es el sentimiento que trasmite.
Besos
Puri
De aquellos fangos, estos lodos...
ResponderEliminarTodo cambia, y no siempre el cambio es bueno...
Besos, querido Rafeta, poeta.
Maestro, su poema, una nostalgia salpicada del buen humor que lo asiste. Si, ya no hay charcos, donde saltar y salpicar a los paseantes. Tampoco quedan las casas de paredes gruesas de tapia pisada, altas, tan altas que nos parecían que llegaban al cielo. Disfruté sus versos. Un brazo. carlos
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