Un alcalde de un pueblo peruano recibe tres azotes cuando jura su cargo para no olvidar sus promesas. Arrodillado ante un crucifijo y con la cabeza reclinada recibió tres latigazos de un ciudadano, que le exigió en quechua el idioma de los incas cumplir con las leyes básicas del imperio incaico: "No seas ladrón, no seas mentiroso y no seas ocioso". Algo similar se debería de hacer con los políticos españoles cuando juran el cargo, aunque yo optaría por partirles un botijo en la cabeza.
ENTIENDE
Hace 1 hora
Hombre, amigo Rafa, no hay que llegar a tanto. Pues la decencia política exige eso: que no sean ladrones, que no mientan bellacamente y que se esmeren en hacer las cosas bien. Lo malo es que son cosas que olvidan con frecuencia.
ResponderEliminarJosé Luis algunos como tienen la cabeza tan dura, aunque se las partiesen con un botijo seguirían haciendo caso omiso a los graves problemas que tenemos y se seguirían inventando leyes de mierda como la del tabaco.
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