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jueves, 13 de diciembre de 2018

EL GENERAL QUE DENUNCIÓ A ESTADOS UNIDOS.


Imagen tomada de Internet. 

Desde 1776 que se crearon los Estados Unidos solo durante veintiún años no se han visto involucrados en ninguna guerra; ello pone de manifiesto que el imperio yanqui  lo que ha pretendido siempre es dominar el mundo económica y políticamente. La mayor obsesión de los norteamericanos  es tener la geopolítica universal a sus pies. Cualquier excusa es buena para atacar un país, creando muerte y destrucción, pero eso poco les importa porque lo que prima es enriquecerse a cualquier precio. Con salvapatrias y salvamundos como estos, el mundo siempre estará en vilo. Y así se manifestó en su día el general Smedley Butler, el único militar estadounidense de  alto rango que se atrevió a denunciar a su país. Desde entonces nadie ha hecho unas declaraciones tan contundentes y precisas.
Smedley Darlington Butler, fue Mayor General del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos; el capitán más joven y el militar más condecorado de la historia de los Estados Unidos. Obtuvo dos medallas de Honor del Congreso la condecoración más alta de Estados Unidos, la medalla Brevet, otras dos medallas al Servicio Distinguido y la Orden de la Estrella Negra. Participó en un sinfín de batallas y guerras; como en la Guerra hispano-estadounidense, la Guerra filipino-estadounidense, las Guerras Bananeras, la Primera Guerra Mundial, y otros muchos conflictos de primer orden. Y hasta su muerte en 1940 a los 58 años de edad, fue el oficial más querido y popular entre las tropas.  Después de retirarse del Cuerpo de Marines en 1935 escribió el discurso “War is a racket” en español “La Guerra es un Latrocinio”, o “La Guerra es una estafa”, donde denuncia el uso de las fuerzas armadas de los Estados Unidos para el beneficio de Wall Street. En su libro detalla como los Estados Unidos intervienen militarmente en Latinoamérica para beneficiar a las grandes compañías norteamericanas. Y en unos de sus textos más demoledores dice lo siguiente.

“Nos ha ido bastante bien con Luisiana, Florida, Texas, Hawai y California y el Tío Sam puede tragarse a México y Centroamérica, con Cuba y las islas de las Indias Occidentales como postres y sin intoxicarse".

“He servido durante 30 años y cuatro meses en las unidades más combativas de las Fuerzas Armadas estadounidenses: en la Infantería de Marina. Tengo el sentimiento de haber actuado durante todo ese tiempo de bandido altamente calificado al servicio de las grandes empresas de Wall Street y sus banqueros. En una palabra, he sido un pandillero al servicio del capitalismo. De tal manera, en 1914 afirmé la seguridad de los intereses petroleros en México, Tampico en particular. Contribuí a transformar a Cuba en un país donde la gente del National City Bank podía birlar tranquilamente los beneficios. Participé en la "limpieza" de Nicaragua, de 1902 a 1912, por cuenta de la firma bancaria internacional Brown Brothers Harriman. En 1916, por cuenta de los grandes azucareros norteamericanos, aporté a la República Dominicana la "civilización". En 1923 "enderecé" los asuntos en Honduras en interés de las compañías fruteras norteamericanas. En 1927, en China, afiancé los intereses de la Standard Oil. Fui premiado con honores, medallas y ascensos. Pero cuando miro hacia atrás considero que podría haber dado algunas sugerencias a Al Capone. Él, como gángster, operó en tres distritos de una ciudad. Yo, como Marine, operé en tres continentes. El problema es que cuando el dólar americano gana apenas el seis por ciento, aquí se ponen impacientes y van al extranjero para ganarse el ciento por ciento. La bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera”.

(No sé cómo a este hombre no le quitaron todas las medallas y condecoraciones y no lo encerraron en una cárcel de máxima seguridad, será por aquello de que los norteamericanos son muy democráticos y hay libertad de expresión, o al menos presumen de ello, porque desde luego como pone este general de finos a los gobernantes de su país no lo ha hecho nadie. O quizás porque el Gobierno de entonces, era muy consciente de que este militar decía la pura verdad).     



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