COMENTARIO DEL DÍA.

Un anciano de 87 años de edad murió el pasado lunes en Madrid al ingerir un vaso de detergente líquido, creyendo que era un café que le había preparado su mujer de 82 años, y que padece una demencia senil. Los ancianos en esos momentos no estaban solos en casa, ya que había una asistenta social ayudándoles en las tareas domésticas. La mujer decidió prepararle un café a su marido, y debido a la enfermedad, la pobre se equivocó y le echó detergente. El marido se ve que debido a su avanzada edad, ni notó que aquello debería estar horroroso y se le tomó convencido de que era café. Fue la asistenta la que llamó a emergencia, al darse cuenta de que el hombre se estaba poniendo malo, pero nada se pudo hacer por él, ya que horas más tarde moría en el hospital 12 de Octubre. El personal sanitario del hospital ante las sospechas de que el anciano había sido envenenado, y según el testimonio de la propia asistenta, ya que fue la que dio la voz de alarma al descubrir que en el vaso del supuesto café olía a detergente, llamaron a la policía y las autoridades se pusieron en contacto con la anciana, que quedó libre de cargos debido a la enfermedad. Más tarde la autopsia confirmó que el marido efectivamente había fallecido por envenenamiento. La noticia es muy triste porque se trata de una pareja de ancianos de edad muy avanzada, y si esa pobre mujer tiene algún momento de lucidez, para ella se queda el trago. Pero yo la pregunta que me hago es la siguiente: (Con la cantidad de mujeres que son asesinadas a manos de su pareja, si hubiese sido al revés, y la envenenada es la mujer, quizá mucha gente hasta se olvida de la demencia senil del hombre y estarían hablando de otro caso de violencia machista).