MORIRSE CUESTA UN RIÑÓN.

Se ha puesto la vida de cara que no puede uno ni morirse, aunque por supuesto cuando uno la casca le da lo mismo lo que hagan con él, como si lo tiran a un campo de lechugas; el trago es para la familia que aparte de la terrible perdida, darle una sepultura media digna al fiambre o incinerarlo le cuesta un riñón. Si el difunto ha estado toda la vida afiliado como yo, que estoy desde chiquito en una compañía aseguradora de decesos, cuando la palmas no veas el dineral que ha ganado la compañía de muertos contigo, aunque ese sí; cuando llega ese jodido día tienes muchos requisitos cubiertos como: ataúd, nicho, tanatorio, coche fúnebre, flores y otro extras más, y si quieres que te peguen fuego pues tres cuartos de lo mismo. Además tienes la ventaja que traen al fiambre aunque uno la palme en el extranjero, y todo ello basta con dar parte a la compañía y presentar el último recibo como que estás al corriente de cuotas.  Pero amigo si no estás asegurado, menudo marrón le dejas a la familia, y menudo follón el que tienen que liar porque un entierro sencillo anda alrededor de los 3.000 a 3.500 euros, que no es moco de pavo para despedir al finado, y encima uno no tiene el cuerpo para trajines porque la que se te viene encima es de órdago.  Pero aquí os dejo yo unas recomendaciones de cómo puede salir más económico despachar a un muerto, si el susodicho no estaba cotizando para cuando colgara las alpargatas.  “Ataúd o urna para meterle mecha”: La caja de muerto no tiene por qué ser de roble ni caoba ya que unas cajas de archivos unidas entre sí depende de la estatura del muerto sale muy bien de precio. “Lápida”: Una lápida de mármol italiano vale una pasta gansa cuando una de corcho marrón forrada con cartón piedra es muy resistente y puede costar un suspiro, y si el corcho es de tienda de chinos con tres o cuatro euros ya tenemos una lápida maja. “Flores”: Las flores dependiendo del tiempo cuestan un dineral, así que cuatro margaritas cogidas de cualquier parque,  y dos ramas de romero, confeccionamos un ramo de flores que en muchas bodas no lo lucen. “Tanatorio”: Desde hace muchos años al cadáver se le vela en estas dependencias, con lo bonito que queda velarlo en su casa; despejas una habitación y pones la caja sobre cuatro sillas y te ahorras unos dineritos que te vendrán muy bien. Además en las casas, toda la vida se ha contado chistes para hacer la velada más alegre. “Esquelas”: Si quieren acudir al sepelio “esto sí que recomendable llevarlo a cabo” ya que como se trata de una invitación para conocidos y allegados que vayan soltando la tela como cuando te invitan a una boda, pero una esquela sencillita y sin grandes titulares, ya que si se trata de letra negrita y mayúsculas la imprenta cobra más. “Recordatorio y mesa de firmas”: “También interesa hacerlo” ya que como la gente estampa su firma, te puedes quedar con la copla, si alguien le debía dinero al muerto. “Coches de acompañamiento para el cortejo fúnebre”: Nada de nada; el que no tenga coche que se vaya al cementerio  en autobús, en metro, en tranvía o andando que es muy saludable. Toda esta parafernalia se da en los entierros religiosos y católicos, ya que los laicos en este país todavía son muy escasos pero los que acontecen entonan música en directo, música enlatada y bailes. Ahora volviendo a los entierros clásicos, lo realmente económico es que el propio difunto se espere en la puerta de su casa, y vaya un tío con una moto y la caja de muertos a recogerlo a su domicilio como el menda de la foto.