GRANDES RELATOS.

Imagen tomada de Internet.

Ozturk era de origen turco y nadie sabe cómo llegó a parar a una turbulenta acequia  de Carrascosa de Arriba (Soria). Lo encontró un pescador de ranas extremeño en una cesta como a Moisés; con media bandera panameña hecha girones y una nota que decía: – Hola soy Ozturk pero traducido al castellano soy Gregorio y tengo unos dos meses;- Todo el pueblo se hizo cargo de él, y así fue como Ozturk  a  partir de entonces Gregorio, a base de leche de cabra y madalenas la Bella Easo se hizo grande y fuerte en el pueblo de Carrascosa de Arriba, y como corría mucho detrás de las mozas fue apodado como “EL Cohete”. Trabajó durante un tiempo para un traficante de tomates, pero como ganaba muy poco decidió no hacer nada y vivir del cuento, hasta que  un día estando en el campo buscando espárragos un alacrán del tamaño de un zapato del número cuarenta y dos le picó, y como Gregorio era alérgico a la “batas blancas” no quiso ir al médico y después de tres días de intensos dolores y fiebres Gregorio; “El Cohete”, la cascó. Como en el pueblo lo querían tanto decidieron cargar con el fiambre a hombros, pero antes de llegar al cementerio el féretro comenzó a dar tumbos de aquí para allá cada vez más violentos hasta que los cuatro tíos que lo portaban a hombros perdieron la vertical cayendo por un ribazo de doce metros.  “EL Cohete” salió disparado y fue a parar a un campo de alfalfa a unos cien metros de donde comenzó el trajín  pero como era tan veloz, en cuestión de segundos ya estaba en la cara de los asistentes al sepelio, y comenzó a arrojarles las coronas de flores, al igual que hacen las novias con los ramos en las bodas. La gente al ver que Gregorio “El Cohete”, había resucitado corrieron todos despavoridos, menos tres hermanas irlandesas que estaban de paso en el pueblo y habían sido invitadas al entierro para hacer bulto, y además se rumoreaba que unos días antes de su fallecimiento “El Cohete” se las había trajinado a las tres, y parece ser que esos rumores tenían un fundamento muy sólido ya que ellas no huyeron, y la hermana mayor al verlo hizo el ademán de quitarse las bragas. Pero “El Cohete” no estaba para chingoteos y loco de contento gritaba: ¡Estoy vivo, estoy vivo!... y acordándose de que era de origen turco recitando en su lengua el poema de Antonio Machado “Campos de Soria” por los campos numantinos se perdió.    

(Que nueva maravilla os he vuelto a dejar gracias al fruto de mi portentoso talento).