MIS FRASES SENTENCIAS Y OTRAS OCURRENCIAS.

La mitad de los jóvenes españoles no profesan ninguna religión, y a la otra mitad se le plantean serias dudas, porque opinan que creer en Dios no les soluciona sus problemas. 

En cierto modo me alegro de que todos los malvados no ardan en el infierno, ya que de lo contrario me quemaría los pies hasta en el mes de enero.

No me desanimo si tropiezo dos veces con la misma piedra, si sigue ahí; es porque los hay más inútiles que tropezaron en ella más veces que yo.

El fanatismo en el fútbol es como ligarse a un clan, porque si  llorar porque tu equipo pierde es motivo; el llamado deporte rey no es un juego es una secta.

Los pequeños detalles son los que hacen feliz a la gente; por eso yo cualquier regalito que hago es diminuto y de bajo coste.

Si una mujer con cincuenta años dice que es virgen, esa cueva sería más complicada de explorar que las montañas de Bután.  

Mientras que la Iglesia Católica siga condenado la homosexualidad, habrá mucha gente que seguirá repudiando a la Iglesia. Quién demonios es la Iglesia para maldecir las tendencias sexuales de las personas. La obligación a la que se debe es limpiar su Institución de pederastas y sinvergüenzas.

Un espectáculo digno de ver es el apareamiento de los conejos de monte; lo hacen al aire libre, entre matorrales y siempre con una coneja distinta. 

No podemos planificar la felicidad, porque es algo que nuestro cerebro solo es receptor de ello según se desarrollen los hechos y acontecimientos que nos rodeen. Esforzarnos en ser felices si nuestro estado anímico y psíquico no goza de una satisfacción plena, es pretender engañar a nuestro cerebro, y este como juez no nos lo permitirá.

Un pueblo se echa a la calle cuando verdaderamente y al unísono pasa hambre, pero mientras un sector de la sociedad no padezca esa necesidad, y siga siendo cómplice de los usureros, ese pueblo seguirá a merced del poder y del capitalismo.

Por muy bien que te portes siempre habrá alguien que te desprecie; es el típico malnacido que no soporta que otro sea buena gente.  

Hoy día hay que ser un poquito vivaracho y bribón en el buen sentido de la palabra, porque como se sea sumamente correcto te tildan de pánfilo y tontorrón.