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martes, 15 de diciembre de 2009

SENTENCIA ACERTADA.


Un hombre ha sido absuelto por el juzgado de lo penal número uno de Pamplona, al que se le acusaba de un delito de maltrato, por llevarse a su hija menor de 13 años a la fuerza al encontrar a la niña borracha. Los hechos ocurrieron hace poco más de dos años cuando el padre vio a su hija sentada en un banco de Tafalla (Navarra) completamente bebida y con un comportamiento inadecuado. El padre intentó varias veces al ver en el estado en el que se encontraba la niña convencerla de que se fuera a la casa de al abuela, pero esta se negó, por lo cual el padre la agarró de los brazos y trató de llevársela a la fuerza, pero la ñinata comenzó a gritar y a tirarse al suelo, y entonces su progenitor optó por cogerla de las axilas y en volandas llevarla hasta el coche, aunque ante la resistencia opuesta por parte de la menor y la negativa de subir al vehículo hizo que el padre decidiera llamar a su ex pareja y juntos consiguieron zanjar el asunto. Pero a pesar de que la hija y amigas confesaron de que habían bebido; el padre fue acusado de maltratador, y de nada sirvió las declaraciones de las personas que vieron lo que realmente sucedió. El revuelo que se armó en la calle fue suficiente para que él hombre fuese acusado de maltratar y causar daño físico a su hija. El fiscal solicitaba siete meses de prisión para el padre, y la acusación particular ejercida por la hija ocho meses de cárcel y la prohibición de acercarse a menos de doscientos metros. La hijita parece ser que no era la primera vez que se ponía castaña, ya que con tan solo 13 años los fines de semana le daba al botellón con las amigas, pero menos más que la justicia ha estado acertada y ha declarado al padre inocente, ya que según la sentencia obró como debía, y cumplió con la obligación de cualquier padre. Pero a este hombre nadie le va a resarcir ni a reparar el daño causado, y el mal trago para él se queda, y encima con la pena y el dolor de saber que su propia hija lo consideró un maltratador. Normalmente siempre salen a relucir los casos espeluznantes y dramáticos de maltrato y abuso, pero en pocas ocasiones los medios de comunicación se hacen ecos de inocentes que han sido absueltos, pero condenados previamente como maltratadores sin haberlos sido. Ahora los fantasmones habituales aún dudarán de la reacción que tuvo el hombre, y dirán que la culpa de que la hija beba o bebiera es del padre por no darle una educación adecuada. Por supuesto: los padres tenemos la culpa de todo y los hijos quedan exentos de cualquier responsabilidad hasta que no cumplen cuarenta años.

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