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lunes, 30 de enero de 2012

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES ROMANAS.

Muy pocas civilizaciones nos han dejado un legado tan enriquecedor como el del Imperio Romano, cuya impronta ha perdurado a través de los siglos, pero los romanos fueron gente excéntrica, con manías y rarezas muy poco recomendables, unas anomalías que se dieron con frecuencia sobre todo entre la clase media y alta, y si ya hablamos de los emperadores, muchos de ellos por sus chifladuras no tendrían ni calificativo. Muchas son las anécdotas que plasmaron, y para enumerarlas todas se precisarían al menos cinco textos como este, pero vamos aún así creo que os dejo un buen ramillete. El verbo fornicar proviene de la palabra fornices, que eran como se llamaban las celdas donde las prostitutas recibían a sus clientes, y la prostitución fue considerada como un bien social. El Leno era el encargado de mantener el orden y proteger a la prostituta a cambio cobraba una comisión por cada servicio, es lo que ahora conocemos como “chulo o macarra”. Los romanos no tenían prejuicio alguno con la homosexualidad, y tan sólo preguntaban si se prefería a un hombre o una mujer. Las romanas pudientes y matronas llegaban a pagar fuertes sumas de dinero por pasar la noche con un gladiador, o un hombre musculoso, algunas hasta pedían que no se lavasen después de un combate. Popea esposa de Nerón ya inventó al mascarilla para las mujeres, a base de mezclar una pasta y leche de burra, se la untaba en el rostro y se la dejaba toda la noche. Para perfumar a su señora, la esclava se llenaba de perfume la boca y lo pulverizaba sobre su ama. Los pantalones eran considerados por los romanos como prenda de bárbaros, en cambio en las guerras de Hispania adoptaron de los celtíberos los llamados “braccae”, unos pantalones cortos. Cuando tenían frío se solían poner hasta dos y tres túnicas; el emperador Augusto era tan friolero que se llegó a poner hasta cuatro. Los romanos se lavaban los dientes con orines, y los de de Hispania eran los más preciados. En los baños públicos compartían una esponja metida en un recipiente con agua y sal para lavarse las partes íntimas. Los romanos calvos ya usaban peluca, o se pintaban las zonas donde el pelo les escaseaba. Para decir la verdad juraban apretándose los testículos con la mano derecha, de esta costumbre procede la palabra testificar. Escipión fue el primer romano en afeitarse todos los día a navaja, Y Adriano el primer emperador que se dejó barba, costumbre que la consideraban también propia de bárbaros. Vitelio el emperador se especializó en el arte de vomitar introduciéndose una pluma de ave en la garganta para provocar las nauseas, y así poder seguir comiendo. En Roma existieron hasta 329 panaderías. El emperador Heliogábalo presumía de no haber bebido dos veces en el mismo vaso aunque fuese de oro. El mayor banquete hasta la historia conocido lo ofreció Julio César para celebrar sus victorias en Oriente. Invitó durante varios días a mas de 260.000 personas, y se empelaron unas 22.000 mesas. Uno de los espectáculos que más gustaba a los romanos consistía en atar a un hombre a unas estaca, y ver como una fiera hambrienta lo devoraba, si moría rápido y los desgarros no eran profundos, se enfadaban y pedían más sangre. Los cómicos estaban muy mal vistos por los emperadores, de hecho Claudio mandó decapitar a varios mimos. La palabra candidato proviene del latín candidus “blanco”, y se refería a la ropa blanca que vestía el aspirante para demostrar la pureza de sus intenciones políticas. Una ley prohibía que las condenadas a muerte fueran estranguladas si eran vírgenes. Primero eran violadas por sus verdugos y luego las ejecutaban. Las leyes que escribieron los romanos siguen sirviendo hoy en día de base en los códigos legales vigentes de la mayoría de los países occidentales. “La llamada asignatura de derecho romano”. Craso llegó a ser uno de los hombres más ricos de Roma; cuando había un incendio acudía rápidamente y exigía una cantidad de dinero al propietario por sofocarlo y si este se negaba a pagarle se quedaba mirando el incendio sin hacer nada. Nerón no tuvo valor para suicidarse, y tuvo que ser su esclavo quien empujara la daga para cortarle la garganta. Cómodo ejecutó en un sólo día a 23 senadores por considerarlos sospechosos de atentar contra su vida, y un día estaba tan borracho que quiso copular con una pantera en celo. Calígula admiraba tanto a un gladiador llamado Próculo que era famoso por sus grandes testículos, que cuando el gladiador se casó ejerció sobre su mujer y él el derecho de pernada, luego ejecutó al gladiador y se guardó los testículos. Los romanos pusieron en practica el “ aguinaldo”, y ya celebraban la festividad de San Valentín y los cumpleaños. Trabajaban un día y descansaban dos.


6 comentarios:

  1. Hola Rafa.
    Que gente más raras en aquella época.
    Hoy el mundo es más raro que un piojo bizco.
    En los tiempos de Franco los cines se llenaban de homoxe...para ver las pelis de romanos, esto es cierto.
    ¿Seria por las faldas de los romanos?
    ¿los pectorales? ¿Los músculos? ¿ o todo? jajaja.
    Un abracete rafa.

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  2. Pedazo de art´culo sobre los romano, amigo Rafa.
    Siempre es interesante saber detalles históricos y ya sabes que el saber no ocupa lugar.
    Buena entrada.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  3. Qué buen pasaje por las anécdotas y curiosidades romanas. Conocía la procedencia del término "Testigo", pero otros como "candidato" no, y es curioso saberlo.

    Desde luego, como dices, eran excéntricos, y muy dados a los vicios.

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  4. E..P.. seguro que sería por eso, que las faldas y esos gladiadores musculosos los ponían a cien. En Valencia hace muchos años había un salón de billares lo que antes al menos por aquí llamábamos "futbolines" que la clientela era mayoritariamente gay, se ve que eso de darle al taco con las bolas les ponía como una moto. Un abrazo.

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  5. Gracias Mos. A mí me gusta muchas veces tirar mano de estos temas, porque como bien dices se aprende de la historia, y por supuesto siempre te enteras de cosas que desconocías. Un abrazo.

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  6. Víctor yo muchas de estas costumbres romanas las desconocía, de otras había oído hablar pero desde luego esta gente tenían tantas rarezas que como he dicho enumerarlas todas te daba para escribir un libro. Y sí, se ve que de viciosos tenían un rato largo. Un abrazo.

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