Escribir Por Afición es un blog personal en el que comento noticias, publico escritos o simplemente escribo sin más. ¡Espero que os guste!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

EL JEFE

Un jefe es un ser culto e inteligente, ama su empresa y a los trabajadores que tiene. Los cuida y venera más que a sus hijos, para que les duren mucho, si puede ser medio siglo. Escucha del trabajador los problemas que tiene, y con una sonrisa los resuelve si puede. Atiende las peticiones de cualquier obrero, y no duda en ningún momento en aumentarle el sueldo. Les ha costado mucho llegar donde están, y enseñan día a día como hay que trabajar. Algunos tienen estudios, otros no los han tenido, pero todos son tratables y que bien han aprendido. No sé equivocan nunca, no tienen fallos, son personas lucidas; unos superdotados. De lo que más saben, es de contabilidad, te hacen la nómina sin parpadear. Nos mantienen a cambio de un simple trabajo, y el trabajador a veces, se les muestra ingrato. Por unas horas al día que nos sirven de distracción, como nos pagan Dios mío, como nos pagan Señor. Yo siento pena y rabia, cuando alguien los critica, salto como una pantera, y hasta me tiro encima. Que sería de nosotros, si no tuviéramos un jefe, que sería de nosotros virgencita, si él nos mantiene. Cuando estamos tristes él lo nota, y se siente compungido, como lo valora. Si tienes hemorroides, sé deprime un poco, él las tuvo un día y sabe que es doloroso. Te aconseja una crema que él sé untaba, para que te la untes tú, y no te des de baja. Los dolores no tienen importancia, no vayas al medico, acude a tu faena que el trabajo es lo primero. Si produces mucho está muy contento, te da dos palmadas y hasta te paga un almuerzo. Y si tienes un mal día, no te preocupes, se pone en tu puesto y como le cunde. Es amable, sencillo, y cariñoso, y si tienes gripe te lo nota en los ojos. Ellos no enferman, de que raza serán, son fuertes como un roble, y con una fuerza descomunal. A la hora de pagar no se cortan un pelo, y si sobra algo lo reparten con los obreros. Muchos abren las puertas, y ellos mismos las cierran, para que no se quede nadie y les hagan más faena. A pesar de la bondad de estos hombres de bien, hacienda los martiriza, y los seguros también. Que tengan compasión y que los dejen tranquilos, que dan de comer a familias con hijos. Muchos trabajadores tienen dos pagas, la de verano, la de navidad, y aparte la caja. En verano te despiden con lágrimas en los ojos, se cierra la empresa en julio o agosto. Yo a mi jefe le debo respeto, como él no hay otro y me quito el sombrero. Que Dios lo bendiga y viva muchos años, el hombre se lo merece para mí es un santo.

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