Un periodista de Irak se convierte en un héroe nacional al lanzarle los zapatos al presidente de los Estados Unidos. Tirarle a uno los zapatos o decirle perro, en el mundo árabe es la mayor ofensa que se pueda emplear. El periodista usó las dos tácticas y ya es un superhombre para medio mundo islámico. Si yo le sacudo con los calcetines al presidente en plena boca, a estas alturas sería considerado un redentor, ya que él bobo de Bush tiene que regresar a Estados Unidos en parihuelas.
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