NI ESTÁN TODOS LOS QUE SON, NI SON TODOS LOS QUE ESTÁN.

Las cárceles españolas están abarrotadas: Como dicen los comentaristas deportivos valencianos Ple de “gom a gom”. En muchas prisiones la saturación llega a tal punto que tienen duplicado él número de reclusos de los que la penitenciaría admite, y el problema radica que los internos lejos de achicarse se incrementa por días. Síntoma claro y evidente de que la gente cada vez delinque más. Por ejemplo las mujeres que infringen la ley ha aumentado alarmantemente, ya que el los últimos años el número de presas se ha triplicado. En este año que está finalizando se pueden batir records, ya que las estadísticas dicen que los internos pueden ser alrededor de 7.000 más que en el 2.007 que se dice muy pronto, teniendo una media durante el presente ejercicio de veinte penados diarios. Estamos a la cabeza de Europa de encarcelados por habitantes. Los extranjeros que visitan las trenas españolas tampoco nos andan a la zaga ya que y ojo al dato: el primer trimestre del año de 11.000 encarcelados el 70% eran foráneos. Es triste muy triste que una persona tenga un mal momento en su vida y cometa una locura, teniéndose que pasar como se suele decir una larga temporada a la sombra. Pero hay otras prendas que ni viviendo siete vidas como los gatos purgan ni pagan su pena pudriéndose en una cárcel. Lo ideal sería que un día las prisiones quedasen vacías, pero mientras que halla gente con pretensiones de dañar la sociedad son inevitables. De todas formas ni están todos los que son, ni son todos los que están. Si todos los chorizos, maleantes y gente de mal vivir que andan por ahí sueltos fueran a parar a la cárcel, se precisaban construir mas Centros Penitenciales que Centros Comerciales.