¡CHE QUE VIXCA LA FESTA!...

Estamos atravesando una crisis de esas que hacen mella, y ya hace muchísimos años que no se vivía en España una época tan desastrosa. Ya hemos alcanzado los 3,5 millones de parados, y la Comunidad Valenciana es la segunda con mayor desempleo tras Andalucía. Según las últimas estadísticas el pasado mes de febrero batimos el récord con 26.246 nuevas personas que engrosan las lista del paro, y ya son más de 415.000 los valencianos de la Comunidad que se han quedado sin trabajo. Pero por nuestro carácter, talante y cultura mediterránea, a fiesta, a diversión y algarabía a los valencianos no hay quién nos haga sombra ni quién nos pare. El mundo fallero ya anda metiendo ruido hace meses. Prácticamente todavía estamos saboreando los turrones, cuando las comisiones falleras ya dan el pistoletazo a las Fallas presentándonos a sus falleras mayores. Cualquier año para San Blas ya engalanarán las calles con las tradicionales banderitas, y nos deleitaran con cualquier nuevo acto preludio anunciador de las fiestas josefinas. Desde el 1 de marzo se pueden disfrutar en Valencia de las clásicas mascletás a las que acuden cientos de personas. Este año el día San José nos cae en jueves, osea que se avecina un largo puente, y quiere decirse que el número de visitantes para disfrutar de las fallas aumentará considerablemente por lo cual el colapso está asegurado. Las colas para sacar los abonos de las corridas de toros son morrocotudas. En dos horas se agotaron las entradas para ver torear a José Tomás. Cuando se trata de jolgorio y cachondeo la gente y especialmente los valencianos nos olvidamos de crisis, paro, recesión y arrechucho alguno y decimos aquello de que ¡Viva la Pepa!... Hay sujetos “y son muchos”, que se quitan el traje de fallero y se colocan el de nazareno, se visten de moro y cristiano y si me apuran mucho lo harían de lagarterana. Cuando pasen las fiestas ya vendrán los lloros y haremos penitencia. Pero que le vamos hacer, somos así, va con nuestra personalidad y temperamento No vamos a llorar antes que nos peguen. La crisis ya la pasaremos. Mientras tanto: ¡CHE QUE VIXCA LA FESTA!...