El pasado mes de febrero en muchos lugares de Bélgica han disfrutado del sol tan sólo un total de treinta y tres horas en todo el mes. A lo visto la poca presencia de luz solar ha afectado seriamente el cerebro de las autoridades de este país noroccidental de Europa que forma parte demográfica de los llamados Países Bajos.
Las autoridades belgas han condenado a un mes de prisión preventiva a un mendigo que presuntamente robó comida de un contenedor de basura de un supermercado de la ciudad de Brujas. Él presunto ladrón fue detenido la semana pasada cuando huía en bicicleta después de haber cogido comida de la basura.
Se ve, qué en Bélgica no están acostumbrados a estos dramáticos trances o no tienen indigentes.
(Si es así no saben la suerte que tienen) Y al menos éste pobre hombre hasta dispone de una bicicleta, aquí algunos pordioseros andan medio descalzos y lo vemos natural.
La cuestión es que él fiscal encargado del caso ha explicado que el robo en sí no es una falta grave, pero que el acusado lo complica todo al negarse a identificarse
(Pues menos mal que no lo considera delito grave, sino lo fusila).
Fiscales como este belga tenía que fichar la Justicia española
“en el buen sentido de la palabra”, si a un pobre desgraciado lo meten en la cárcel por el hecho mencionado, que no harían con tanto
chorizo y
ladrón de guante blanco que pululan por nuestra sociedad y quedan impunes.
A veces porque las pruebas no son determinantes no pueden enchiquerarlos, y a los que enchiqueran a los cuatro días están en la calle porque tienen pasta para parar un barco. Igual en Bélgica no hay corruptos y tiene que detener a cuatro desdichados para que la Justicia trabaje.
Aquí la Justicia anda de trabajo hasta la cabeza, no dan a basto, y cada vez son más los impresentables y sinvergüenzas que se pavonean de mangar mangonear y no les meten mano.
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