La policía americana detuvo a un individuo de Tennessee que andaba por una autopista haciendo autostop, borracho como una cuba, sin apenas poder articular palabra, con los pantalones hinchados y unas bragas asomando por la bragueta. El muy guarro portaba cuarenta bragas usadas y dijo que había estado en una fiesta, pero se negó a decir donde, que clase de fiesta y lo que allí se cocía. La policía ha descartado que la celebración se tratase de la beatificación de ningún franciscano.
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