COMENTARIO DEL DÍA.

Imagen tomada de Internet.

Encuentran en un basurero un supuesto hueso de San Clemente; “toma castañas”. El hueso que ya no tenía carne y estaba “to pelao”, fue localizado en una empresa de gestión de residuos de Londres. La reliquia tiene unos 2.000 años de antigüedad y fue descubierta por los trabajadores mientras clasificaban el material para su posterior reciclaje. Tan extraño hallazgo se encontraba en una pequeña caja de piel, sellada con cera roja y atada con unas cuerdas de color carmesí en el interior de una caja de cristal. Debajo y como se ve en las imágenes, se lee en una tira de papel: EX: OSSS: CLEMENTIS. PM. Nadie hasta la fecha ha reclamado la reliquia, y nadie puede garantizar de momento que el hueso sea de San Clemente; “igual es de algún antiguo pastor de cabras que el buen hombre se llamaba Clemente”. Al no aparecer el dueño, la empresa de basuras ha pedido consejo de dónde puede ir a parar tan apreciado hallazgo que bien podría ser por lógica una iglesia, y digo yo que sería mientras al párroco de la iglesia no le diera repelús cuando se quedara solo en la parroquia al tener en su poder un hueso de tan  alto ranking a su cargo, o al menos supondría una gran responsabilidad y respeto. San Clemente fue el tercer sucesor de San Pedro, después de Lino y Cleto: “Del primero tenía referencias pero de los otros dos, ni pajolera idea”. Clemente fue pontificio de Roma desde el año 93 hasta el 101. El emperador Trajano lo torturó, le ató un ancla muy grande al pescuezo y lo tiró al Mar Negro, pero cuentan que San Clemente subió como un cohete de la profundidad del mar, y la buena gente que lo vio flotando le dio sepultura.  A mí francamente y según observo en las imágenes yo no veo hueso alguno: lo que contemplo en la imagen de la derecha es una etiqueta de vino, pero eso sí de un vino añejo y con mucha solera. Y la imagen de izquierda según mi visual se trata de una pizza de huevo más dura y revenida que los pies de Cristo. Reliquias y huesos del bueno de San Clemente se encuentran repartidos por medio mundo, en Santa Cruz de Tenerife hay una canilla y mira por donde cuando yo estuve en las islas afortunadas me lo perdí.