COMENTARIO DEL DÍA.

Un hombre de 51 años de edad presenta una denuncia falsa en una comisaría de Elche (Alicante) para justificar ante su jefe, que el coche de la empresa está lleno de barro, cuando en realidad lo había dejado hecho una porquería al contratar los servicios de una prostituta, metiendo el coche en un barrizal. El tío contó la milonga en comisaría, que mientras estaba repartiendo con la furgoneta de la empresa, estaba parado en un semáforo, y se le metieron dos drogadictos por la puerta del copiloto poniéndole un objeto punzante en el cuello, al grito de que le dieran todo el dinero que llevaba. Cuando el semáforo se puso verde, siguió relatando que lo obligaron a dirigirse a una zona apartada hasta llegar a un descampado que estaba lleno de fango y cuando vieron que no tenía nada para robarle, los cacos se dieron a la fuga. La policía no se tragó en ningún momento la película que el pájaro se había montado, y pidió que interviniera la policía científica, quienes tal explorar el coche comprobaron que existían restos de una mujer y que esto ya ni les cuadraba ni tenía nada que ver con los peligrosos ladrones que denunció el embustero. La policía siguió con la investigación y dio con el paradero de la prostituta, quien afirmó que por las característica físicas que los agentes le detallaban del sujeto, coincidan con los servicios que ella le había prestado a un hombre. La mujer les acompañó al famoso descampado explicándoles lo ocurrido y todo quedó aclarado para los servidores del orden. Volvieron a llamar al tío para que declarase de nuevo, y ya se derrumbó contando la verdad. La policía lo arrestó por un presunto delito de simulación de delito, aunque más tarde fue puesto  en libertad con cargos. No sé si este hombre perdería el empleo, pero hay que ser muy tonto tal y como están los trabajos, jugártela a que te despidan porque durante tu jornada laboral “te vas de putas”, como se ha dicho siempre por mi tierra aunque suene mal y feo; aunque también puede ser que el menda pensara que si se espera a terminar el curro, igual del cansancio ya no le baila el muñeco.