COMENTARIO DEL DÍA.

Imagen tomada de Internet.

Independentistas radicales derriban el toro de Osborne de la localidad valenciana de Tavernes de la Valldigna por tratarse de un símbolo españolista. Ya es la segunda vez que lo derriban desde el 2016. El toro que yo lo he visto en varias ocasiones, cuando he pasado por la zona, se encontraba en un monte de propiedad privada en la carretera N-332. Según informan los periódicos utilizaron radiales y cuerdas para tirarlo abajo. No sé qué daño les haría el toro, porque además de ser una tremenda gamberrada, los vecinos de la población de Tavernes, le tenían gran cariño, porque cuando iban por la carretera y lo divisaban, ya sabían que estaban cerca de casa. Estos niñatos, porque se trata de cuatro niñatos sin tener ni pajolera idea de lo que reivindican ni de lo que quieren, si se levantaran todos los días a las siete de la mañana, y estuvieran cavando zanjas o asfaltando carreteras no tendrían tantas ganas de tocar los cojones. Al fin y al cabo, lo del toro es lo de menos, pero llevan a cabo otras fechorías que para nada son justificables. (Se tiene constancia del grupo de valientes que lleva a cabo semejantes hazañas, pero vamos a parar siempre a lo mismo, como son sabedores de que en estos casos la justicia no va a mover un dedo; se pavonean, cachondean, y siguen destrozando todo que les plazca). Como  según ellos el toro es un símbolo españolista, que acaben también con las navajas albaceteñas, el jamón de Jabugo y los melones de Tomelloso. “Vaya cuadrilla de indocumentados; lo que necesitan son más estudios y cultura, puesto que para  hacer daño a lo ajeno sin motivos ni causa hay que ser muy rufianes y borregos”. Si tuvieran agallas para otras cosas mejor le iría a la sociedad.