Al mayordomo preferido de la reina Isabel II de Inglaterra le ha caído la del pulpo. Lo han pillado in fraganti, o con las manos en las masa como más les guste viendo pornografía gay en su ordenador portátil. El mal trago para el sirviente ya que la noticia se ha extendido como un reguero de pólvora, ha sucedido en la casita de campo de 32 kilómetros cuadrados que la familia Real británica posee en Sandringham, Norfolk (Inglaterra). Lo cazaron minutos después de servirles el té de las cinco de la tarde a la reina Isabel y a su marido el príncipe Felipe de Edimburgo. Seguramente a la reina y a su esposo cuando se lo cascaron les sentó como un escopetazo, y han decidido tomar medidas drásticas con el mayordomo. El criado tenía ciertos privilegios que muchos anhelan como disfrutar de una de las estancias más privilegiadas del palacio de Buckingham. Pues estas y otras se le han ido al garete. Parece ser que va ser degradado de su puesto, va a cobrar menos, va a ocupar otro cuarto mucho más modesto, se verá obligado si la situación lo requiere hasta realizar tareas de limpieza y va a perder el privilegio de tener contacto personal con la reina. Muy caro va a pagar este hombre su imprudencia “y digo bien”. Cada cual que tenga las tendencias sexuales que quiera, y si éste hombre es gay o en ese momento le apetecía ver una película de esa índole me parece estupendo pero que lo haga en horas de trabajo no lo veo correcto Estamos de acuerdo que si lo trincan viendo los Simpsons igual no tiene repercusión alguna, pero si quiere ponerse a tono que coja el portátil y se vaya al retrete. Ver pornografía mientras curras no me parece ético, trabajes en la casa Real o para un empresario sillero. Porque nos pongamos como nos pongamos, no es lo mismo que te pille el jefe viendo los Siete Magníficos, que a una serie de individuos arreándole uno a otro con el trabuco.
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