Ya hace diez o doce días que los falleros de mi barrio colocaron las banderitas, símbolo de fiesta. Eso es amor a la falla y el resto menudencias. Menos mal que las cuelgan desde el primer piso, si les permitieran colgarlas a la altura de las señales de tráfico... para San Blas cortaban las calles y hasta un par de días después de la Cremá no pasaba ni San José. Y no se trata de una crítica es una apreciación justa y real, y que guste o no, hay que aceptarla. Las fallas hace treinta años eran mucho más llevaderas, pero hoy día al margen del sentimiento, la pasión y bla bla bla suponen un tremendo petardo. Sé qué esto, a más de uno puede llegar a molestarle, pero a ver quién dice que no es verdad. Querer rebatir la verdad es pretender no ver la realidad.
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