QUÉ SOFOCÓN TENGO SEÑOR...

Hoy tengo un gran disgusto; no he comido, no he merendado y mucho me temo de qué apenas cenaré. No me podía imaginar jamás que hubiera gente corrupta en el PP.

Tan seguros de sí mismos, tan majos ellos y tan monas ellas, tan buenos, tan generosos, tan humanitarios, tan sensibles, tan distinguidos, tan benévolos, tan rectos: “no confundir con erectos”, tan sentimentales, tan tiernos, tan benditos, tan devotos, tan beatos y resumiendo tan palmarios: no confundir con palmeros”, pudieran meter el cazo. Ha sido para mí un gran varapalo y os aseguro que me va a costar mucho digerir esta situación.

Menos mal qué a mí admirada Esperanza Aguirre le han dado la medalla de Oro del Senado cosa que me llena de orgullo y satisfacción. Y todavía puedo contemplar el deslumbre y la sutileza de mí queridísimo “José Marí” ya que éste no se deja engatusar aunque lo rocíen de oro.

Además gracias a Dios se me conserva como un jabato, ya que hace dos mil flexiones abdominales con las qué él machote se esculpe diariamente. (Pero el sofocón que tengo para mi se queda Señor).