En esta querida España o Piel de Toro por mucho que le pese a los antitaurinos; ser famoso, conocido, o simplemente personajillo y delinquir se ajusta como unos guantes de látex a las manos. Te puedes pasar una temporada en la trena, “más bien corta”, salir, forrarte y pasearte por los platós de televisión todo es uno. Las televisiones con tal de arañar audiencia emiten auténticos bodrios contratando a pura bazofia para luego presumir de su alta concurrencia. Algunos de estos programas se disipan como la niebla, pero como el Ave Fénix renacen entre sus cenizas y surgen otros nuevos con mucha más fuerza. No se salva ni una sola cadena ni privadas ni pública. Los televidentes somos tan hipócritas que queremos carnaza y cuanta más mejor. Está claro que estos programas los ve la gente, pero los ve porque los emiten. Si sus directores y responsables no los consintieran desaparecerían y veríamos lo que nos echaran. Para enumerar a todos a aquellos masca- habas, calaveras, parásitos y tarambanas que desfilan y desfilarán por la tele se necesitaría editar el libro con más páginas de la historia. Los hay de todo tipo y clases. Desde sujetos con un nivel cultural tan escaso y raquítico que da vergüenza ajena oírlos; hasta malhechores, delincuentes y ex-convictos que en su día fueron condenados por la justicia y ahora encima les remuneran con grandes cantidades de dinero por contar sus tropelías. ( desde luego que contraten a estos últimos la cosa es grave). No voy a mencionar nombres y no por reparo ni temor alguno, si no simplemente porque los hay tan abominables e infames que mencionarlos es halagarlos. La cuestión es que todos se lo llevan calentito, cobran fuertes sumas y así: “vengan ratas al pilón”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario