Llevan tiempo comiéndonos el frasco con el cambio climático, y debatiendo como afrontarlo y demás, cuando los expertos deberían afirmar y reconocer que el cambio climático ya lo estamos padeciendo en nuestras carnes desde hace dos décadas largas, cuando hace treinta años nadie o muy pocos se pronunciaban al respecto. Hace veinte o veinticinco años, en las madrugadas de agosto te tenías que tapar con una sábana, pero ahora ni aunque estés en Calamocha te hace falta; estamos pasando el mes de noviembre más caluroso de los últimos cincuenta años, y desde luego no es una excepción. Llevamos años que en navidades puedes ir remangado y enseñando el pecho como los legionarios. Hasta el primo de Rajoy anda descompuesto, y dice el hombre que no refresca ni por la madre que lo parió. Nos ha pillado el toro: y cuando llegó Kioto ya ha sido tarde.
UNA TARDE EN EL CIRCO
Hace 8 horas
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