EL TRABAJO ES SAGRADO: "NO LO TOQUES".

El mercado laboral se desangra y se desgrana. Los que realmente quieren trabajar no encuentran trabajo, y a los que el “curro” les llama a la puerta la cierran con violencia y echan el cerrojo no se les meta dentro y ya la hemos cagado. Según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) revela una cifra que mete miedo. Más de 562.000 jóvenes con edades comprendidas entre los 20 y 29 años están considerados inactivos por las estadísticas oficiales. O lo que es lo mismo, son inactivos porque no cumplen ninguno de los requisitos exigidos para ser considerados población activa: ya que ni estudian, ni trabajan ni buscan empleo, pero al Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se le obliga a catalogarlos como parados. (Afortunadamente de salud andan expendidos, simplemente se trata de que no quieren doblar la bisagra). En concreto, y según la Encuesta de Población Activa 241.300 jóvenes con más de 20 años y menos de 24 han dejado totalmente los estudios pese a no disponer de ningún empleo, y otros 320.800 con más de 24 años y menos de 29 ni estudian ni buscan empleo: “estos se mantienen del aire”. Otras respuestas que ofrece la EPA indica que 114.500 jóvenes son activos potenciales: “es decir que están como toros para trabajar pero no les da la gana y no buscan empleo”. Y alrededor de 52.000 lo han intentado, pero si a las primera de cambio no les sale, muy pronto pierden interés y no vuelven a buscarlo. A este grupo en el INE los denominan “desanimados”. Y otro detalle muy importante de las ganas que tienen los jóvenes de labrarse un futuro, es que los que no quieren “dar un palo al agua” no responden al clásico perfil de exclusión social o de bajo nivel educativo. Todo lo contrario. Nada menos que la tercera parte de inactivos 332.600 ha cursado estudios superiores. Un viejo lema de los pijos dice: “vive de tus padres, hasta que puedas vivir de tus hijos”, pero esto ya se ha extendido como la pólvora y no es ni mucho menos exclusividad de la gente de pasta. Ahora quien vive a la sopa boba, lo hace siendo hijo de un ejecutivo, y el hijo cuyo padre se parte los riñones en una obra. El presidente de Cantabria Miguel Ángel Revilla fue criticado tras unas declaraciones en el programa de Tele 5 La Noria porque dijo que había mucho parado que no quería trabajar; yo no voy a ir tan lejos pero si las cifras que se manejan son ciertas, y más de medio millón de jóvenes no quieren hacer nada, este número no debería registrarse oficialmente en las oficinas del INEM como parados. En esta sociedad fallan muchas pero muchas cosas, y una de ellas sería inculcarle a los niños que: “quien de joven no escarda la lana de viejo duerme en la paja”. Los padres no viven siempre, y muchos ya se están hartando de mantener vagos y de estar media vida haciendo los capullos. “Eso de que trabaja lo menos que puedas, y lo que tengo que hacer que lo haga otro no es de recibo”