Un estudio reciente revela que uno de cada tres jóvenes españoles no termina sus estudios, a pesar de que la ley contempla la obligatoriedad de asistir a escuela hasta los dieciséis años. No llegan ni a finalizar secundaria. Algunos lo achacan a una pésima enseñanza, yo lo atribuyo al poco interés de los jóvenes por labrarse un porvenir. Quien tiene empeño aprende, y quién ni tiene voluntad ni quiere que es lo peor no se cultiva aunque tuvieran como maestro al propio Sócrates. Está claro que no todos pueden aspirar a universitarios, pero terminar los estudios mínimos hoy día están al alcance de cualquiera; de cualquiera que lo pretenda. Vamos que como no cambien el chips, a la vuelta de unas décadas otra vez todos medio analfabetos. “Que menos que preocuparse por tener una formación básica.
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