LA UNIÓN HACE LA FUERZA.

Que estamos atravesando una crisis nadie lo pone en tela de juicio, aunque con buena voluntad y él esfuerzo de todos podría mejorar sensiblemente, o al menos que su estado no se agrave, pero a veces precisamente lo que nos falta es anhelo y tenacidad para lograr nuestros objetivos.

Yo personalmente bromeo sarcásticamente al respecto, pero el tema no es para tomárselo a guasa. Si todos pusiéramos nuestro granito de arena, no me cabe la menor duda que de este brete saldríamos todos mejor parados.

(Punto uno). Los políticos son los primeros que deben predicar con el ejemplo, y dejar ya a un lado la típica y tópica frase de que nos apretemos el cinturón “que la coletilla ya huele”. La primera y gran cagada la van a llevar a cabo nuestros eurodiputados españoles. Sus señorías o señoritos a partir de junio se van a subir el sueldo 4.000 euros de una tacada. De cobrar tres mil y pico euros van a pasar a los 7.000, aparte gastos cubiertos con sus dietas y demás, como dice el anuncio de la tele: Viva la República Independiente de tú casa (o su casa en éste caso). Así que no es de extrañar que alguno venda hasta su padre por entrar en el politiqueo.

(Punto dos). Él Gobierno entre otras medidas, aprobó el pasado diciembre una partida de 8.000 millones de euros para los ayuntamientos, destinados a Inversión Pública de Ámbito Local con el objetivo de general alrededor de 200.000 puestos de trabajo en un año aproximadamente. Ya veremos sí ese dinero es verdaderamente para crear empleo, o se lo gastan en chorradas; o peor todavía con la de sinvergüenzas que hay, que entre cuatro se lo tiren a la pera. Y ese dinero en vez de crear trabajo cree problemas y acarree quebraderos de cabeza. Él Gobierno anunció que pedirá cuentas puntualmente a los consistorios para comprobar realmente en qué se gasta el dinero, aunque si es mal empleado o despilfarrado como aquél: luego “allá películas, que van a hacer con los que metan la gamba ¿fusilarlos?...

(Punto tres). Las grandes empresas: aquí hay mucho que rascar. Los empresarios poderosos que son los primeros que tenían que sacar el carro del barrizal, hacen como la canción de Jalisco “son los primeros que se rajan”. Están acostumbrados a ganar tantísima pasta que si por ejemplo un año han ingresado 200 millones de pesetas netos, y ahora perciben 170 ya dicen los muy granujas que van a ir a la quiebra y pierden dinero. (hablo en pesetas para no liarme). Solución. Pegar el cerrojazo y dejar a cientos de trabajadores en la puñetera calle, sin reparar el daño que hacen a cientos de familias. Ya lo están poniendo en práctica y lo seguirán haciendo.

En la crisis Internacional del 1992-1993 emplearon la misma táctica, con la excusa de la recesión económica chaparon cantidad de empresas. Como a ellos no les falta la pataqueta y se pavonean en sus lujosos coches, disfrutarán este verano de unas largas vacaciones, y se pondrán morenitos en el chalet o adosado que tienen a pie de playa: “ a estos se la suda”. Pero lo realmente jodido e injusto es que son los primeros que se lanzan como víboras acusando del malestar al Gobierno de turno. Les da igual que sea el PSOE o el PP. En vez de echar una mano que son los que tienen los titos, se esconden como los caracoles en el mes de agosto. Pero cuando les entra el dinero a espuertas no rechistan. Al pequeño y mediano empresario es al que realmente se le debe prestar ayuda, que son los que siempre han originado trabajo en este país y sacan a la gente del atolladero. Y al rico y acaudalado patrón “que les den por donde amargan los pepinos”.

Habría que aclarar tantos puntos que el tema sería interminable, pero de esta salir fijo que salimos ya que en otras épocas en peores nos hemos visto. Desgraciadamente va a ocurrir como en cualquier otra faceta de la vida, los más vulnerables son lo que van a pagar el pato. Otros en cambio yo me atrevería a decir que hasta se van a beneficiar. Ya saben lo que ocurre en ciertos casos. A rió revuelto ganancia de pescadores.

La unión hace la fuerza, pero algunos lo de cohesionarse nada, y lo de esforzarse no van ni al retrete con tal de no trajinar a ver si se quiebran.