DEFINITIVAMENTE: SE LE VA LA PINZA.

Al Sr Aznar, para mí siempre será “José Mari”, definitivamente y sin duda alguna se le ha ido la pinza, o este hombre se toma algo que le sienta fatal. Yo creo que se debería hacer una resonancia magnética ya que algo tiene obstruido, y va a ser cosa del cerebro, aunque ha llegado a un grado de deterioro que la medicación poco le haría. Viene tiempo diciéndolo, pero ahora que la salida de su amigo George Bush como presidente está próxima, y al pajarraco le quedan días, no se jacta de repetirlo allá por donde merodea. Y afirma que Bush será recordado en la historia como un gran estadista. Pero se lamenta de que los americanos hasta la fecha no lo reconozcan tal y como se merece. Como ahora se dedica a dar clases con la graduación de profesor universitario, y es muy listo, se ve que ha echado mano de frases famosas que en su día dijeron personajes celebres, y ha encontrado una de Churchill que dice: “Los grandes pueblos son siempre desagradecidos”. “Seguro que hasta se la han cantado”, ya que con lo malito que está de lo suyo dudo de que él solito la haya dilucidado. El desdén, petulancia y soberbia de este elemento no tiene ni numero ni calificativo, y lo peor es qué; cuanto más mayor se va haciendo mayor es su desvergüenza: “a más viejo más pellejo”. Pero lo peor del tunante, es que desde la canallada que cometió con apoyar una guerra ilegal en todos los sentidos, es que sigue en sus trece y reafirma que no se arrepiente en absoluto. Ahora que los dos quedan libres “desgraciadamente”, y sin compromiso deberían marcharse a Bulungu y que se los comieran las moscas. Vaya par de gobernantes que nos tocaron en suerte. Pusieron en jaque al mundo, llevaron a la miseria, a la destrucción y a la muerte aun país por interés de un loco y de su amigo que le bailaba la aguas, y ahora tanto uno como otro quieren que se les reconozca como buenos gobernantes y menuda fue la lacra que nos tocó vivir. Tardó el pueblo en darse cuenta que la elección de ambos sujetos fue errónea, y espero que nunca les perdonen sus tropelías. Si eso es de ser desagradecidos, estoy totalmente de acuerdo en lo que apostilló Churchill.