Como os
dije ayer salí un rato de fiesta con mi amigo el cura, y la verdad
es que la velada no terminó muy agradable. Como el chino tenía los
cubatas tan baratos, el jodido cura se hincó lo menos diez, y a
todas las mujeres que pasaban a su altura, se echaba mano al paquete
y las provocaba con gestos muy obscenos. Pero lo dramático llegó
sobre las cinco de la madrugada, cuando ya no quedaba casi nadie por
ahí. Se ve que los efectos del alcohol fueron muy nocivos para el
cura, y yo creo que le dio algo en la cabeza, algún ataque o algo
así ya que quiso abusar sexualmente del chino. El chino daba
manotazos, y en su lenguaje y gritando le decía: ¡golino golino!
que me imagino que sería “gorrino”. Yo como tengo mermadas mis
facultades físicas, traté por medio de la palabra de que depusiese
ese feo comportamiento pero como también iba medio tajado, se me
trababa la lengua, y ni yo mismo entendía una mierda de lo que
decía. Menos mal que al oír alboroto, un vecino llamó al 112, y a
los pocos minutos teníamos allí a una patrulla de la Policía Local
y una ambulancia. El chino hablaba muy mal castellano, y trataba de
explicarles a los policía que el cura se lo había querido zumbar,
pero lo más gracioso, si esto de gracioso tiene algo, es que como al
chino tampoco se le entendía un carajo, los agentes se dirigieron a
mí, y me preguntaron si el chino tenía la autorizaron
correspondiente de venta que se debe solicitar en el ayuntamiento a
lo que yo les contesté que no lo sabía, y entonces uno de los
policías me dijo que les enseñase mi documentación. Yo ya me puse
tan nervioso que en vez de sacar el carné de identidad, les enseñé
una tarjeta de compra de los supermercados DÍA, pero bueno tras
reírse el policía así se quedó la cosa. El cura como estaba medio
ido, seguía sin entrar en razones, y viendo el percal lo tuvieron
que meter a la fuerza en la ambulancia; le inyectaron un sedante y se
lo llevaron a toda leche al Hospital General de Valencia. Esta mañana
he llamado para preguntar por él, y me han dicho que ya estaba
mejor, pero cuando la enfermera iba para tomarle la temperatura, le
sacaba la lengua y la movía como las víboras. Dentro de un rato me
iré a verlo, pero por si las moscas no le vaya a durar todavía el
recalentón del chino me pondré el braguero que de paso también me
vendrá bien para la espalda. Seguro que cuando el cura se recupere del todo, se arrepiente de sus malas acciones y se harta de llorar:
es un poco sinvergüenza y diferente al resto de los curas como dije
en su día, pero en el fondo un cacho de pan.
VERBORREA
Hace 1 hora