Si a alguien no le “caigo” bien
es su problema: No voy a estar a dos por tres tirándome a sus pies para que a
él le haga gracia.
Para saludar a la realeza hay que
inclinar la cabeza, cuando quedaría mucho más elegante poner los brazos en
jarra, balancear la cintura, y decirles: “dame lo tuyo y toma lo mío”.
Soy muy reacio para tomar
medicamentos, salvo los justos y necesarios. Actualmente mi administración
diaria de pastillas es muy limitado: Una para dormir, una para evacuar, dos
para los gases, tres para los huesos y tres para los nervios. De vez en cuando
varias para las cefaleas, algún torecán mañanero para los mareos y seis gotas
para el ojo seco.
Esta pequeña joya se la dijo mi
abuelo a mi abuela a los dos días de conocerla: “Si tu culo fuera un buque yo
me metería pirata, para robarte el tesoro que tienes entre las patas”. Como es
lógico ante el bello y profundo poema, a
mí abuela la “cosa” se le hizo gaseosa y se le cayeron las bragas aplomo,
Hasta el Everest que es el techo
del mundo está lleno de basura. Suben los aventureros y dejan allí la mierda.
Serán muy buenos exploradores, pero ecologistas como diría un andaluz “ni
mijita”.
Dar un susto de muerte resulta
desagradable, pero si es la muerte la que da el susto resulta dramático, ya que
para el receptor ese ha sido su último susto.
Tocar los cojones una expresión
vulgar y ordinaria del idioma castellano referente a fastidiarte, pero que
gratificante y placentero resulta cuando “te tocan los cojones” con alegría y
devoción.
Cuando diga mis últimas palabras
tendrán el mismo interés que cuando dije las primeras: Ninguno.
Nunca me comprometo a nada;
bastante tengo ya si logro despertar mañana.
No soy sufridor y cualquier
dolencia por pequeña que sea la propago a los cuatro vientos. Si el calvario de
Jesucristo fue mundialmente famoso, es obvio que si a mí me duele una muela
también se haga público y notorio.
El día del Juicio Final va haber
un trajín de la leche, todos corriendo de aquí para allá, unos para arriba,
otros para abajo, los santos ordenando, y hasta Dios nervioso porque desde que
creó el mundo no ha pegado chapa. Yo me lo tomaré con calma y me restregaré
bien las pelotas porque vaya donde vaya igual suena la flauta y mojo el churro.
Nunca jamás se debe subestimar a
nadie; de quien menos te lo esperes te da una lección.
Cada vez la gente domina menos la
palabra, tiene menos palabra y es más absurda. Los que la dominan son los
políticos y es para mentirnos.
La dignidad es una fuente de
riqueza que todos poseemos, y cuando tratan de arrebatárnosla perdemos lo más
preciado del ser humano.
Ser idiota es de no ser muy
listo, pero hacerse pasar por idiota sin serlo es de ser muy inteligente.
Me siento muy identificado
conmigo mismo aunque en ocasiones no me comprendo.
No se tocar la guitarra: y que
necesidad tengo yo de saber tocar la guitarra.