Imagen tomada de Internet.
Todas las personas en mayor o menor cuantía gesticulamos,
aunque para realizar gestos los italianos se las pintan solos, son los dueños indiscutibles de ésta materia
y los que más gesticulan del mundo. Los italianos con su forma tan peculiar de
expresarse a través de los gestos, poseen una personalidad propia que los hace
muy diferentes al resto de los mortales. Los jugadores profesionales de cartas
tienen acuñado un sistema muy especial de gestos, son auténticos maestros en
estos menesteres, usan ciento de artimañas ya sea bien para descolocar al
adversario o para contarle al compañero de juego de las bazas que dispone. Como
en cualquier otro tema los técnicos que a todo le sacan punta, ya hace tiempo
que estudiaron el significado de los gestos, aunque yo creo que la mayoría de
las veces corresponde más bien a una extravagancia o manía, que a la forma o
comportamiento de ser de cada cual como afirman los expertos. Y en otras muchas ocasiones se trata más que
de gestos de posturas, y cada cual se sirve según preferencias Por ejemplo:
Acariciarse o sobarse las quijadas o mandíbulas, significa que debemos tomar
una decisión, (o bien puede ser
simplemente que nos manoseemos porque nos pica la barba). Si entrelazamos
los dedos, según los estudiosos denota autoridad; (yo conozco a gente que se queda dormido en esa postura). Si nos
tocamos la oreja, dicen que es síntoma de inseguridad, (cuando algunos cochinos se la hurgan con disimulo para limpiársela y
no tiene nada que ver con lo anterior). Mirar hacia abajo cuando te hablen
además de una falta de educación, demostramos que no escuchamos: (cuando en realidad hay gente que conviene
no mirarlo a los ojos para no sacárselos). Frotarse las manos desasosiego, (también se las frota uno cuando está
jodido de frío). Golpear los dedos sobre algo impaciencia; (un sobrinete de un amigo mío así se cargó el televisor, era más malo el
puñetero niño que la grama). Sentarse con las manos agarrándose la cabeza
por detrás, dicen que significa seguridad en uno mismo y superioridad, (yo la uso para bostezar). Inclinar la
cabeza interés, “aquí los expertos se han lucido”; (hace sesenta años los jornaleros de los cortijos, la inclinaban para
saludar a los señoritos, y no creo yo que aquellos pobres asalariados sintiesen
mucho interés por sus caciques). Caminar con la cabeza erguida seguridad: (Hay a quien le tienen que colocar un
collarín, pero por seguridad de que no se le parta el pescuezo y camina más
tieso que un palo pero por cojones). Colocarse con las manos en las caderas
o en jarra, buena disposición para hacer las cosas; (los forcados portugueses adoptan esa posición para citar a los toros,
y yo la suelo acoplar cuando me aburro o se me olvida algo, por lo tanto en
este caso creo que poca disposición tengo). Comerse las uñas quizá sea de
los gestos más utilizados, y (además de
salirte unos padrastros de la leche
delata inseguridad y nervios). La cabeza descansando sobre las manos y
mirando al suelo, quiere decir aburrimiento,
(muchos borrachos la llevan a cabo porque de esta guisa notan mejoría, y esta
postura también es buena en el caso de que te sangre la nariz). Manos agarradas a la espalda se traduce en
furia e ira, “yo no sé en éste estudio a cuántos habrán consultado los
especialistas”, pero me parece una sandez afirmar esto: (mi abuelo paterno, y mi padre solían dar largos paseos en ese estado,
y eran de lo más pacífico, y de hecho yo he heredado la misma costumbre).
Cruzar las piernas y mover un pie dicen que significa desganas; (tampoco lo veo muy lógico llegar a esa
conclusión, ya que de cada tres personas que se sientan, dos adoptan esta
postura y de hastío nada de nada ya que cascan hasta por los codos. Yo hace
años que por problemas de la espalda no puede cruzar las piernas, pero no será
por ganas). Brazos cruzados a la altura del pecho nos cuentan que se trata
de estar a la defensiva, (como las cosas
estén tirantes con alguien y permanezcas tal cual, de la primera mascá que te
suelten te ruedan tres dientes). Caminar con las manos en los bolsillos y
los hombros encorvados lo califican como abatimiento y; (normalmente lo hacemos cuando llueve o cae escarcha). Frotarse
un ojo es señal de duda; (yo lo hago
cuando tengo lagañas, un orzuelo o el ojo seco que me pica de la hostia).
Gesticular con los ojos también juega un papel importante, pero este ya sería
otro tema, ya que tenemos ojos tristes: alegres, desafiantes, caídos y como los
de las cabras. Estos son algunos de los gestos y posturas más conocidos, o que
más se practican habitualmente, pero yo con todos mis respetos a los estudiosos
de estas tesis, pienso que en la mayoría de los casos se trata más de un hábito
que adquirimos y no influye en absoluto, ni en nuestro estado anímico ni en
nuestra personalidad. Los atletas de élite antes del inicio de cualquier
ejercicio, realizan más mohines y gestos que un probador de vinagres, algunos
de ellos ya los hemos mencionado, y los técnicos ya le han encontrado su
significado, cuando en estos casos todos se resume en uno solo: “Concentración”.