Las migrañas, cefaleas y los dolores de cabeza en general no son
enfermedades de gravedad, pero el que las padece sabrá que son
jodidas y molestas. Un porcentaje muy elevado de la población
mundial en mayor o menor grado las sufre, sobre todo las personas
adultas y a partir de los veintiocho años y cuatro meses. Yo ya hace
años que las migrañas las sufro en silencio como la almorranas, y
os voy a dar unos consejos para quienes las padezcan no se atormente
demasiado, y no suponga ningún engorro ni contratiempo en la vida
cotidiana. Yo creo que no tardaré en llevarlo a la práctica. El
“primer paso”, es meter la cabeza en un cubo de zinc con agua
completamente helada, habiendo depositado previamente en él una
docena de clara de huevos frescos, y dos limones gordos sin pelar;
muy importante e insisto, el cubo debe de ser de zinc, de otro
material no vale. Esto si es invierno se debe llevar a cabo en el mes
de enero a las diez cuarenta y cinco de la mañana, por lo tanto se
recomienda que un día antes hayáis metido en la nevera y si puede
ser en el congelador cuatro botellas de dos litros y medio de agua
Font-Vella. La marca en este caso también es importante, aunque no
imprescindible. Si los dolores de cabeza son en pleno mes de agosto,
entonces el agua debe estar hirviendo, por lo cual hay que calentarla
en el microondas a cien grados centígrados. Realizadas las gestiones
pertinentes, y una vez tengáis la cabeza metida en el cubo de agua
aguantar hasta notar que ya apenas podéis respirar, sacadla a
continuación y chorreando como estáis debéis golpearos la cabeza
fuertemente contra el marco de una puerta, debe ser de la sala de
estar o el comedor; este sería el “segundo paso”. Inmediatamente
y a continuación; “tercer paso”, os dirigís a la cocina, y con
un tenedor os metéis un viaje con fuerza en los occipitales, esto
es más o menos a la altura de la sien “meter me refiero clavar”
. Seguidamente y a toda prisa os vais cagando hostias al comedor;
“cuarto paso”. Os situáis en el centro con los brazos en jarra,
y en apenas unas décimas de segundo notaréis que se os nubla la
vista, un fuerte dolor en los sobacos, y un sudor frío que corre
desde las bolillas de los ojos hasta el dedo gordo del pie
izquierdo, y así de esta guisa en “na y menos” perderéis el
conocimiento y rodaréis como una pelota sobre el suelo del comedor
con el cuerpo totalmente hecho un guiñapo. Y el “quinto paso”,
sería que sino recuperáis el conocimiento en unos tres minutos, y
no hay nadie del Samur cerca que os auxilie, los dolores de cabeza
habrán desaparecido para siempre. No es tan difícil ni complicado;
Se trata simplemente de tener voluntad: Si alguno habéis conseguido
dejar de fumar, esto es coser y cantar.
LA PROMESA
Hace 8 horas