Uno de los sujetos que aún colea por ahí, que fue ministro de Vivienda con Franco, y cuyo nombre no voy ni a mencionar ha declarado que retirar los honores a Franco que le fueron concedidos en Madrid es vulnerar la leyes de caballerosidad para lanzar un ataque a quien, ya muerto respira aún junto al corazón de muchos españoles. Franco por muy embalsamado y momificado que esté: éste ya no respira, ni le va a susurrar a nadie al oído, ni se cosca ni se va a rascar el huevo.
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