Se ve que con tanto jolgorio los creyentes profundos han dejado de lado los rezos, y no han pedido al Divino que la meteorología fuera la más óptima para poner punto y final a las fiestas. La víspera de Reyes no invita ni mucho menos a recibir a sus Majestades. Como a Baltasar se le borre el tinte con la lluvia menudo desencanto.
JEANNE DIELMAN, 23, QUAI DU COMMERCE, 1080 BRUXELLES
Hace 26 minutos
Hasta los Camellos se han "empachado" con tanta agua.
ResponderEliminarSerá la falta de costumbre.
RUISEÑOR lo de los Reyes Magos es otro camelo más de los muchos y muchos que nos ha metido la iglesia. Ni esos reyes existieron, ni eran magos ni mucho menos daban regalos. Cuídate.
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