Esta pandemia que nos está azotando puede ser más sanguinaria
que una guerra. El jodido coronavirus no tira bombas, ni utiliza armas de fuego
de ningún tipo, pero es un enemigo invisible y muy cabrón que nos puede
sorprender y matar cuando quiera. Este enemigo ni acepta treguas ni razona, y
no entiende ni de edades ni de estatus social. Así que hasta que la Ciencia no
encuentre el antídoto, solo nos queda encomendarnos cada uno en lo que
buenamente crea y suerte. Aparte del buen hacer de la medicina, si para combatirlo y ser derrotado fuera suficiente
con reclutar un ejército de voluntarios, no me cabe la menor duda de que muchos
nos haríamos mercenarios.
QUEJAS
Hace 2 horas
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