El 23 de julio de 1879 y en la más absoluta de la pobreza nace en Estepa (Sevilla), Francisco de Paula José Ríos González apodado más tarde “Pernales”. Como la mayoría de los campesinos andaluces de aquella época lóbrega y mísera del reinado de Alfonso XII, Francisco Ríos no fue a la escuela y con tan solo diez años ya trabajaba de cabrero con su padre, y como el hambre y la necesidad apretaba se ven obligados a cometer pequeños robos en los campos vecinos, lo que ya les llevó a tener algunos encontronazos con la Guardia Civil. En algunos de estos encuentros el niño Francisco Ríos ya recibe varios golpes por parte de los guardias, y a partir de ese momento se ganarán un feroz enemigo. A duras penas aprende a leer y a escribir y también trabaja durante un tiempo como cuidador de caballos. Estepa el pueblo natal del Pernales ya había sido cuna de bandoleros famosos como Juan Caballero “el Lero” allá por 1804, y de Joaquín Camargo Gómez apodado “el Vivillo”. El padre de Pernales sigue robando por los campos para subsistir, y en uno de esos robos es sorprendido por la Benemérita; uno de los guardias le golpea la cabeza y a consecuencia del golpe poco después muere, algo que como es lógico y normal marcó al Pernales que juró vengarse de la Guardia Civil. A raíz de este suceso Pernales abandona el trabajo y se dedica a cometer pequeños robos esta vez ayudado por su tío un tal Antonio Ríos “el Soniche”, que probablemente fue su maestro en el arte del bandolerismo. El 25 de diciembre de 1901 se casa con María de las Nieves Pilar Caballero con la que tiene dos hijas, aunque años más tarde ésta lo abandona al parecer por los malos tratos que recibía ella y sus hijas por parte de Pernales. Inicia sus andanzas en el bandolerismo con Antonio López Martín el Niño de la Gloria, y Juan Muñoz “el Canuto”, asaltando los cortijos y exigiendo dinero a la gente acaudalada, y a partir de entonces ya tiene enfrentamiento a tiros con la Guardia Civil. Al Pernales en un principio se le llamó “Pedernales”, debido a la dureza de sus sentimientos, como así demostró con sus hijas a las que cuentan que quemó las espaldas en cierta ocasión porque lloraban y no lo dejaban dormir, y también se le acusó de haber violado a una mujer en un cortijo de Cazalla. Igualmente cuentan que fue implacable matando al dueño del cortijo de Hoyos, cerca de la Roda (Albacete), dándole una muerte lenta y dolorosa por haber intentado este envenenarlo en una comida junto a su tío “el Soniche”, y a otro miembro de la banda. Pero finalmente fue apodado como “Pernales”, hasta sus últimos días de vida. Durante sus años al margen de la ley actuó por los campos de Marchena, Puebla de Cazalla, Osuna, La Roda, Santaella, Lucena, Morón, Ecija y todo el valle del río Genil. Contactó a diario con gente muy pobre que le solicitaban su ayuda, a lo que él y ante tanta injusticia nunca se negaba. Se dice que repartía dinero entre los campesinos que lo necesitaban, a cambio estos le ofrecían su fidelidad ya que veían en él un fuerte aliado para combatir a los ricos. Además la gente sabía que si lo traicionaban o denunciaban la venganza sería terrible. Nunca asaltó a gente pobre, y dicen que a pesar de su crudeza cuando robaba a los ricos lo pedía con amabilidad y a los muy pudientes les exigía mil pesetas. Pernales fue un experto jinete lo que le valió para fugarse de las numerosas emboscadas a las que fue sometido por parte de miembros de la Benemérita. Más tarde se le uniría a la banda Pedro Ceballos “el Pepino”, y Antonio Jiménez Rodriguez llamado “el Niño de Arahal”. El 31 de mayo de 1907 son sorprendidos por la Guardia Civil entre los pueblos de Alcolea y Villafranca en la provincia de Córdoba, y en el tiroteo muere “el Niño de la Gloria”, y otro miembro de la banda “el Reverte”, es hecho prisionero. El 31 de agosto de 1907 un guarda forestal retirado de la Guardia Civil se topa con el Pernales y su compinche “el Niño de Arahal” en Villaverde, sospecha de ellos y da parte al juez, éste a su vez comunica con el alcalde y dan cuenta a la Guardia Civil de que se puede tratar del famoso bandolero. La Guardia Civil salen a capturarlos y tras esconderse en unas rocas sorprenden a escasos metros a los bandoleros a los cuales les piden el alto, estos responden con disparos y en el tiroteo muere Pernales y su compañero. Según el informe de la Guardia Civil Pernales muere de disparos en las ingles que le rompen la femoral, y “el Niño” de un disparo en el corazón. Pernales y siguiendo con el informe de los guardias era un tipo muy pequeño ya que apenas medía 1,50 de estatura pero robusto y fuerte y contaría con unos veintiocho años. Y “el Niño de Arahal”era delgado de 1,61 de estatura y unos veintiséis años. Al Pernales se le ocupa un caballo castaño oscuro, una escopeta de dos cañones, un revolver, un anteojo, un reloj y una cartera con tres billetes de 100 pesetas. Y al “Niño de Arahal”, una yegua castaña clara, un revolver, una navaja de grandes dimensiones y una cartera con cuatro billetes de cien pesetas. La tumba de Pernales y del “Niño” se encuentra el el cementerio de Alcaraz (Albacete). Pernales fue el último bandolero de renombre de la Península abatido a tiros por la Guardia Civil. Para muchos un héroe que luchó contra las injusticias y ayudó a los necesitados, y para otros un villano y asesino sin escrúpulos. Sea como fuere, Pernales al igual que otros tantos bandoleros famosos de España con su muerte pasó a ser leyenda.
LONE STAR
Hace 9 horas
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