COMENTARIO DEL DÍA.

Hay bromas y bromas y a esta chica el querer hacer el fantasma en un ascensor acojonando a la gente, le costó muy caro. Tan caro que quedó inconsciente: Menuda somanta de palos que le da el de la gorrilla, y si le pega dos patadas más la deja en el rincón del ascensor para que la recojan con unas parihuelas. Las paparruchas y guasas me parecen fenomenales, de hecho a mí me encantan hacerlas y contarlas, pero siempre dentro de un orden y sin pasarse. No es que me alegre ni muchos menos de la paliza que le dan a la fantasma, pero este tipo de bromas pretendiendo asustar de esas maneras al personal pilla con una persona delicada del corazón y puede palmarla: "Ahora vas y lo cascas espantajo" o le pides que te indemnicen por las coces al maestro armero. Esto era una broma para la televisión brasileña, y ya lo habían hecho en otras ocasiones, pero en esta edición, mira por donde los asustados fueron los inventores.