TOMA DEL FRASCO POLACO.

Como os dije hace unos días, soy un gran experto en artes marciales, y con esta bella música de fondo del vídeo que he colocado dejé K.O. en menos de quince segundos al luchador número dos de los últimos veinte años, ya que por supuesto el número uno soy yo. Lo que debió de ser una exhibición, porque en un principio así se firmó, ya que se trataba de un acontecimiento benéfico para recaudar el máximo dinero posible con el fin de ayudar a los luchadores que han perdido algún miembro en combate, se convirtió en un final dramático por la mala leche del contrincante. La gala se llevó a cabo en plenas fiestas falleras el 18 de agosto de 2010 en la Feria de Muestras de Valencia. Los primeros compases de la refriega se trataría en teoría de perfilar el terreno, tomar posiciones, marcar golpes y poco más, pero en cuanto me di cuenta de que el rival iba a por mí me dije: “ahora te apañaré pajarito”. El adversario fue el polaco “Slawomir” un armario empotrado de 2,20 metros de altura, y 129 kilos de peso. El tío era todo fibra y solo con la mirada me quiso crucificar. Con deciros que él sentado era más grande que yo de pie, ya lo he dicho todo, pero de poco le sirvió ya que cuando tiré mano de la “llave del conejo” o del “conill” como se dice en valenciano se me desmoronó como un castillo de arena. Esta llave solo la uso en casos muy extremos ya que dejo al refractario hecho una verdadera mierda. Consiste en ponerse en cuclillas con los brazos abiertos como un Cristo, y en décimas de segundo tirar las dos patas juntas “to pa trás” nueve metros, y en ese mismo instante tomar impulso y abalanzarte como un leopardo sobre las quijadas de tu opositor. El golpe se da con los antebrazos y como le pillas también parte de las orejas, el tío rueda como una pelota “pobre polaco” La operación no debe exceder de los nueve segundos, ya que de lo contrario si dejas al pavo reaccionar, el que te puede apañar el saquito es él a ti. Para ejecutar la “llave del conejo” tienes que olvidarte de tus sentimientos, y el alma y el corazón deben abandonar el cuerpo, porque yo se muy bien de antemano que el porrazo que le voy a meter al menda lo dejo como una morcilla malagueña. Cuando “Slawomir” hincó el hocico sobre la lona y allí se quedó, ya que solo le dio tiempo de sacudir las patas dos veces, el publico que abarrotaba el recinto de la Feria de Muestras rompió a aplaudirme, y así se tiraron más de catorce minutos, y no porque yo fuera valenciano; no, sino porque la “llave del conejo” fue magistral, algo que nunca habían visto y no figura en los escritos. A estas alturas no es que mis triunfos sorprendan a nadie, ya que es algo innato, pero el éxito de este combate fue de tal magnitud y resonancia que las más prestigiosas escuelas de artes marciales de Japón y China, me han pedido que les venda la patente de mi mortífero golpe, pero he respondido con un “No” rotundo. Ellos ya tuvieron a su Bruce Lee, y mi magistral “llave del conejo” no está en venta. “La llave del conejo”, solo la ejecutan dos luchadores en el mundo: él ruso “Vladímir Záitaev” y él neozelandés “William Stephen”, y ya os podéis imaginar quien ha sido el maestro Nos os pongo ninguna foto ni vídeo del combate porque al caer el polaco como un muñeco de trapo no resulta nada agradable. De hecho ya pedí en su día a los medios de información en general que las imágenes fuesen difundidas lo menos posible.