SEMANA SANTA: DEVOCIÓN Y PENITENCIA.

                                                 Foto de mi ciudad (Torrent) Valencia.

Disculparme pero durante varios días no os voy a poder visitar. Estamos inmersos en Semana Santa y voy de cabeza. El lunes no se en otras Comunidades pero aquí en Valencia es fiesta, y el próximo lunes día 28 también. Ayer ya me fui a almorzar con mi amigo él cura que tiene un chalet en una urbanización cerca de Torrent y un grupo de catequistas: hicimos una barbacoa, y nos liamos con las chuletas de cordero, el tocino, las morcillas, los chorizos, las longanizas y todo lo que tercio, que sin darnos cuenta entre parrafadas, risas, y cuatro pedos se nos juntó el almuerzo con la comida. Antes de comer, él cura y yo fuimos a abrir la iglesia y nos sentamos en un banco a la espera de que alguna vieja beata se pasara a dejar algunos donativos pero no hubo suerte, y al cura se le puso una mala leche de la hostia. Como el almuerzo fue fuerte comí poco y la verdad es que me cabreé un poco ya que no me gusta perderme ninguna comida. Después de dos horas de siesta, porque a mi la siesta no me la quita ni Dios, sobre la seis y media de la tarde me fui con él cura a dar una vuelta por Valencia. Entramos en el Corte Inglés y al jodido cura le salió plan. Se le acercó una turista turca que anda por Valencia de vacaciones y le propuso al curita que si “echaban un quiqui rápido en los probadores” pero él cura con todo el dolor de su corazón y a regañadientes le tuvo que decir que no, ya que hace doce días que lo operaron de una hernia inguinal y le dio miedo por si del “chingoteo” se la abrían los puntos. Esta tarde a la siete tenemos partida de cartas en la capilla de la iglesia, yo de jugar a las cartas no tengo ni puñetera idea, pero me pongo detrás de algún jugador y le indico por señas al que hay enfrente las cartas que lleva y me lo paso de cojones. Estos amigos que vienen a jugar esta tarde han sido funcionarios y son más astutos y listos que los ratones coloraos. Consiguieron engañar a todo un equipo de médicos, estafaron a la Seguridad Social alegando una enfermedad que no tienen y cobran una buena paga por invalidez, cuando de salud están mucho mejor que yo. Mañana miércoles nos vamos a Almansa que él cura tiene que impartir unas clases a unas viudas que se casan en segundas núpcias. El jueves y el viernes salimos en procesión detrás de un Paso: él cura lee las “Tres Caídas”, y yo con él turíbulo voy esparciendo incienso. Esperemos que no ocurra como el año pasado que en la cena nos cascamos litro y medio de vino de Rioja y él cura durante la procesión tropezó dos veces. El sábado por la mañana tenemos a las once un partido de fútbol y nuestro equipo está formado por dos rusos, tres comunistas, y varios seminaristas de Lugo que vienen expresamente para jugar el partido. Pero lo mejor de todo es él portero que tenemos, un vasco de Vitoria que mide dos metros y bajo los palos es buenísimo, aunque él tío es muy gracioso también es más bruto que un saco de martillos. Estuvo dos años y medio encerrado por pegarle una paliza a un sindicalista que pretendió robarle cien euros, y cada vez que nos cuenta como le atizó, nos partimos el culo de la risa. El domingo como Jesucristo ya ha resucitado y mi amigo él cura está feliz y contento, nos vamos por la mañana a la playa de Pinedo (Valencia) a ponernos morados de sardinas asadas. Nos acompañarán dos sobrinas del cura, que yo no sé de donde las ha sacado pero se ve que como buen siervo de Dios las quiere mucho. El lunes como os he apuntado es también festivo, y aunque todavía la agenda para ese día está en blanco seguro que al cura se le ocurre algo, ya que este hombre se desvive por los demás. Vivo la Semana Santa con gran intensidad y devoción y como son días de sacrificio “aquí estoy yo”. Emociones no faltan, pero menudo trajín el que llevo en Semana Santa. (Hasta dentro de unos días: Gracias a todos y un abrazo).