Imagen tomada de Internet.
A los castores les huele el culo a vainilla, “así tal cual”.
El exquisito aroma del culo de un castor sabe puramente a vainilla, por lo
tanto para los glotones no hay nada más placentero que olerle el culo a uno de
estos bichos. Y así lo afirma (Mollie Bloudoff-indelicato) en The National
Geographic. Es la misma secreción con que el animal marca su territorio y viene
dado de las glándulas en la pelvis, en la base de la cola. Durante muchos años
se ha extraído y utilizado para dar aroma a comidas que contienen vainilla
igual que en perfumes. El único problema según el ecologista “Joannne
Crawford”, “es que es bastante desagradable extraer el líquido ordeñado de las
glándulas anales hasta que sale un chorro de calidad: (Vamos dicho más claro
que te pones de mierda hasta los dedos gordos de los pies). Este ecologista agrega
que los productos alimenticios de estos extractos llamados “castoreum”, no
tienen obligación legal de decir que contienen, lo único que dicen que es un
sabor natural, (coño y tan natural, y ni rompe la cadena del frío). Así que a
la gente que le guste la vainilla y en lugares que hay muchos castores se
pueden tirar todo el día detrás de uno olisqueándole el culo. (Anda que el de
la foto no es majo y como le tiene que cantar el ano). La noticia es cierta, y
bromas aparte a saber lo que comeremos dios santo.
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