EMPLEOS MUY POCO ATRACTIVOS.

Existen trabajos y oficios que no son pagados ni con oro ya que resultan de lo más repulsivos y asquerosos, pero siempre tiene que haber gente dispuesta a desempeñarlos para que el resto de la sociedad se beneficie de los frutos que se obtienen con la desagradable función que otros realizan. (Vayan unos ejemplos).

Masturbador de reses. Antaño no se precisaban masturbadores de reses, ya que los animales se la apañaban solos, pero hoy día y debido a tanta granja agrícola como hay, muchos animales machos se nos han vuelto hasta “mariquitas” y ya no conciben de forma natural si no que una persona por medio de diferentes técnicas de masturbación se dedica a recoger esperma para proceder a la fecundación in vitro. “Pero no todo van a ser malos ratos que diría “Harry el Sucio”, y este trabajo cuenta con la ventaja de que con la experiencia que se adquiere te vuelves un amante inmensurable de tu propio cuerpo”. Analista de sudor. Los desodorantes antes de salir a la venta alguien debe probarlos. Bueno lo malo y vomitivo de este empleo no es para quien lo prueba, sino más bien para quien lo comprueba que ese desodorante evite el olor a sudor, y para ello hay personas que se encargan de oler axilas. Así que ya salió el misterio de porqué cuando los autobuses y metros van a tope y te agarras a la barra, siempre alguien que se te acerca mucho, piensas que te va a meter mano, y lo que busca es olerte los sobacos. Inspector de alcantarillas. “bueno a este al menos ya se le otorga un grado”. Tienen que meterse bajo tierra en los alcantarillados de las grandes ciudades para limpiar toda la mugre que tiramos por los retretes y demás, para que los desagües no se atasquen, y el panorama que ven a su alrededor resulta desolador: bichos de todo tipo, cucarachas a punta pala y ratas a mansalva. Limpiador de baños móviles. Son esos retretes móviles que se instalan en las obras, playas, grandes eventos etc. Si ya de por sí resultan apestosos, nos podemos imaginar la gente que tiene que limpiarlos una vez usados con lo efluvios que tiene que emanar eso, y que por supuesto hay personas que se dedican a ello. Analista de pedos. Esta es una de las tareas más cochambrosas e infectas que existen ya que se trata de analizar las flatulencias. Alguien debe determinar el tratamiento para la gente con problemas de gases y para ello están los “gastroenterólogos”. Además también sirve para la gente que se encarga de diseñar la ropa interior con el objetivo de estudiar y evitar en lo posible el sulfuro de hidrógeno que expulsamos cuando nos tiramos un “cuesco” y que no se note demasiado para que el que tenemos al lado no nos tenga que decir: “ se le ha escapado un punto caballero”. Sexador de pollos. Puede ser que al principio no resulte un trabajo muy asqueroso, ya que consiste en coger los pollo uno por uno y mirar si es macho o hembra e ir apartándolos. Pero lo peor es cuando llevas varias horas y tienes que aguantar el olor tan desagradable que emanan estas aves. Inspector de estiércol. Consiste en meterse en montones de estiércol para examinar si las heces de los animales están libres de contaminantes , por muy desagradable y fétido que resulte, este trabajo es muy útil para evitar que la contaminación se expanda a la vegetación, animales y personas. Embalsamador. Los embalsamadores se encargan entre otras funciones cuando uno la casca sobre todo si ha sido en accidentes trágicos, como los de tráfico, en lavar, maquillar y vestir al cadáver para que la familia dentro del dolor lo encuentren los más adecentado posible. “Habrá gente que dirá que para estos trabajos se usan mascarillas, y efectivamente las usarán, pero a pesar de ello, trabajar ocho o nueve horas diarias en estos empleos y quizás para toda tu vida, hay que tener mucho estómago, y ni mascarillas ni leches; vamos la inmensa mayoría no los queremos y los rechazaríamos con crisis laboral y sin ella”.