Con esta preciosa canción del cantante alcoyano
Francisco, enamoré hace años a una viuda de setenta y siete años
que regentaba un puesto de castañas asadas en las puertas del
Ayuntamiento de Valencia. Yo era más joven y atractivo, y como por
aquel entonces no fumaba, tenía una voz aterciopelada, y cada vez
que le susurraba a la castañera esta canción al oído se le abrían
las carnes. Pero como todo el monte no es orégano, nuestro idilio
fue corto, y un crudo día de invierno, me pilló una pulmonía y la
cascó. Pero siempre permanecerá en mi mente su mirada de aquellos
ojos de gacela con los que me obsequiaba todas las tardes que la
visitaba, y el recuerdo de aquella espumadera de remover las castañas
que me dejó de herencia.
JOHNNY GUITAR
Hace 10 horas
Bueno podía haber sido peor el que sólo te haya dejado la espumadera, imagínate que te hubiera dejado las deudas... :)
ResponderEliminarAbrazos.
Hermosa historia de amor, hasta con herencia!!!
ResponderEliminarComprensible la obsesión del cantante si se trata de la muchacha que aparece en las primeras imágenes acostada boca arriba.
Abrazos Rafa!!!
Ah pillastre!! la enamoraste para quedarte con la espumadera eh!!!
ResponderEliminarNi hay edad para el amor, un abrazo!
ResponderEliminarTen cuidado que cuando Francisco grabó esta canción ya estabas tú casado y, con lo mañosa que es tu mujer, lo mismo te hace un traje de madera para vengarse.
ResponderEliminarEres terrible, jaja, contigo no se aburren en casa, seguro.
Besos
Un idilio muy bonito, Rafa, el amor no tiene edad. La espumadera guárdala como un tesoro.
ResponderEliminarNo se que pasa con los blogs últimamente que las actualizaciones no constan.
Besos
Qué tacaña¡ tenía que haberte dejado el puesto entero...
ResponderEliminarBss
para el romance la edad no existe
ResponderEliminarbien por ese idilio
abrazos
Pobre mujer, que mala suerte tuvo ni el calorcito de las castañas la salvó de la pulmonía.
ResponderEliminarAbrazo.
Ándale con Rafa, que resultó un conquistador de castañeras entradas en años.
ResponderEliminarAy, pero qué resalao eres y qué buen humor tienes, amigo.
Siempre me sacas una gran sonrisa y no veas cómo te lo agradezco.
Besos, Don Juan.
Que bonita canción. La pobre castañera estaba ya muy quemada. Te dejó la espumadera para que siguieras revolviendo, por eso eres tan revoltoso.
ResponderEliminarYa te imagino mirando la espumadera y recordando los tiempos de aterciopelada voz.
ResponderEliminarUn abrazo Rafa.
Abrazo, Rafa y que sigas recuperándote.
ResponderEliminarAhora veré el video.
ResponderEliminar:), jajja
ResponderEliminarEs bonita la canción.
Menos mal que sacaste la herencia¡
Un beso.
Ahora iré al otro post que no me entero de lo del enlace.
?
No se puede ir por la vida poniendo en peligro la vida de las castañeras con una aterciopelada voz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Imagino los atracones con las castañas de la septuagenaria y no puedo evitar descostillarme de la risa.
ResponderEliminarSeguro que la espumadera la tendrás puesta en una vitrina, bien a la vista para mantener vivo ese amor.
Un gran abrazo, Rafa.
Seguro que fue la pulmonía?
ResponderEliminar;)
Hay amores que nos calientan las castañas... y las ponen al fuego.
ResponderEliminarBesos, Rafa.
Muchas gracias por la información, que yo también tengo a una castañera en el punto de mira, a ver si el temita hace que caiga rendida en mis brazos.
ResponderEliminarLástima que a mí las castañas ni fu ni fa.
¡Qué peligro el tuyo! porque ¿te crees que fue por la pulmonía?
ResponderEliminarUn abrazo con risas de parte de la castañera.