La escritora y periodista
Pilar Eyre ha publicado un libro titulado “Franco Confidencial”,
en el que cuenta todos los complejos y miserias del dictador Franco.
La escritora catalana narra como el padre de Franco le llamaba
“Paquita”, y que le propinaba unas palizas antológicas. Por lo
tanto la infancia le marcó, ya que fue un niño infeliz y
maltratado. Tuvo complejo de Edipo, ya que por supuesto al padre no
le tuvo mucho cariño. De joven fue muy débil y con una voz
aflautada, lo que desataba burlas y risas: “bueno de adulto no es
que la voz le cambiase demasiado”. Tenía un sólo testículo y una
fimosis muy pronunciada, por lo que le costaba tener relaciones
sexuales, ya que resultaban bastantes dolorosas. Los médicos le
dijeron que se operara, pero el dijo que si Dios lo había querido
así, que así se quedaba. “ Vamos que tuvo toda la vida, la picha
hecha una piltrafa”. Pilar Eyre cuenta en el libro anécdotas tan
inverosímiles como la del ministro Carrero Blanco llorando frente al
escritorio del Generalísimo porque su mujer le ponía los cuernos.
Franco siempre tuvo una cierta predilección por Juan Carlos, ya que
veía en él, el hijo que nunca tuvo: “Bueno y de hecho Juan Carlos
se nos quedó de rey”. Ya siendo caudillo de España su padre
Nicolás Franco Salgado-Arujo llegó a decir de él: “Ese caudillo
es un cabrón y un chulo. ¡Si lo sabré yo que soy su padre! En fin
estas son muchas de las cosas que se pueden leer en el libro de Pilar
Eyre “Franco Confidencial”, y que desde luego parece que no tiene
desperdicio. Por cierto hoy hace treinta y ocho años, que el
dictador la cascó: “Dios lo tenga en su Gloria”.
JOHNNY GUITAR
Hace 9 horas
Sí, recuerdo éste día como una fiesta para mí jajaja porque ese día no tuve colegio y no veas qué contenta estaba jajaja aunque a mis padres les recuerdo con miedo y repetían ¿qué pasará ahora?
ResponderEliminarUn beso.
Así como el padre marcó la infancia y la juventud del Dictador
ResponderEliminaréste a su vez marcó la infancia , juventud,madurez y vejez de otros a sangre y lágrimas
vaya con la historia, los tiranos y los caudillos no difieren mucho
al final del día el Poder se los come a todos
buena jornada Rafael
Rafa, la de cosas que una se entera viniendo a tu blog.
ResponderEliminarBesos, buena tarde
Tal vez por eso se mantenía tan lleno de odios e iracundias. Casi treinta años gobernó un país este semieunuco!!! comprensible entonces la tijera que heredó a sus sucesores para que hagan los recortes que ahora con tanta ansia están realizando.
ResponderEliminarAbrazos Rafa!!!
El caso es que nos quedó una herencia envenenada.
ResponderEliminarBicho¡ tú no¡ él...
ResponderEliminarBss, apenas recuerdo, solo eso, que no tuve cole.
Algo había leído de la infancia de Franco, pero no con la gracia que le ponés vos, Rafa.
ResponderEliminarTambién, y no sé si es cierto, que su mujer era la que llevaba los pantalones en la casa, seguramente para resarcirse de la mala actuación del dictador en la cama.
Un abrazo grande.
Que lo tenga donde quiera pero que no vuelva...
ResponderEliminarDe infancias así suelen salir dictadores así.La infancia es tan importante para nuestras vidas que a algunos los marca para siempre tendiendo a superar todos los traumas sufridos en ella.
Un abrazo.
Dicen que a la mujer la temían en las joyerías, porque daba por hecho que la mujer del caudillo no pagaba. Creo que alguno tuvo que cerrar el garito por su culpa.
ResponderEliminarGracias por las curiosidades.
Un abrazo.
Lo sabía, sabía que quienes son felices no joroban a los demás, un abrazo!
ResponderEliminarMenudo personaje, adulado por muchos y temido por todos. Sanguinario y resentido, hizo de la postguerra el estado natural del país.
ResponderEliminartu blog es el mejor periodico que he visto
ResponderEliminarun abrazo mano y gracias por mantenernos cultos
un abrazo
Carlos
Muy bueno lo de Carrero Blanco. Nunca imaginé que entre los del Opus pudiera haber semejante libertinaje.
ResponderEliminarY de Franco no más decir que un país tan mediocre como éste se merecía un tirano igual de mediocre.
Lagarto,lagarto,fué el culpable,junto a la bendita iglesia
ResponderEliminardel gran atrazon cultural de los españoles.
siempre marca la infancia siempre después esos problemas de todas formas no justifica lo que hizo la verdad no sabia nada pero me apunto el libro a ver si tengo oportunidad de leerlo gracias !! dulces sueños y besos desde mi brillo del mar
ResponderEliminarTotal, un asesino con traumas por todas partes.
ResponderEliminarSaludos.
El general de las arengas en Sevilla, Queipo de Llano, le llamaba "Paquita la culona".
ResponderEliminarSaludos
Era un asesino con muchos complejos. Intelectualmente bastante mediocre.
ResponderEliminarEso no dice nada bueno de que al final se muriera en la cama, aunque nos queda el alivio de que tuvo una muerte dolorosa.
Escuchar ese nombre me da dolor de criterio. Qué pesados están todos ahora con la dichosa memoria histórica, qué bonito es respirar cuando la mierda ya no huele... No creo que tuviese agallas en aquella época. En fin, ya me has alterado la neurona. Me debes un chocolate con churros :)))
ResponderEliminarYo era muy crío cuando murió, pero recuerdo las imágenes por la tele del entierro. En fin, entonces no tenía mucha idea de quien se había muerto, aparte de que era "el jefe de todo", pero con el tiempo ya pude descubrir que "perla" fue el individuo.
ResponderEliminarEn lugar de revertir el dolor y las humillaciones que recibió, transformándolas en generosidad y comprensión, lo que hizo fue multiplicarlo por mil y dejar una herencia desastrosa al país que decía amar. En fin...
Un abrazo Rafa.
Yo diría más bien "Dios le tenga donde se merezca".
ResponderEliminarYo tampoco tuve cole el día que la palmó, pero no pude festejarlo mucho porque en la calle, y en casa, había mucho miedo por lo que pudiera pasar a partir de entonces.
Qué cosas tan curiosas nos traes.
Besos.
Si se hubiese operado esa fimosis hubiese sido más feliz y no nos hubiese jodido tanto a los demás y eso que yo también era pequeña cuando la palmó.
ResponderEliminarBesos, Rafa.
De este hombre siempre he sabido lo que mi madre me contaba y lo que de él decían los de uno y otro bando.
ResponderEliminarLa pena es que las cosas malas de gente como él sólo se saben cuando ya es demasiado tarde.
Besos apretaos, Rafa.
Siempre habrá una justificación, no creo que pueda haber perdón.
ResponderEliminarAbrazo Rafa.