COMENTARIO DEL DÍA.

Con esta canción de Jorge Sepulveda “Mirando al Mar”, y bailando a mí bola; me refiero yo solo y suelto tuve un éxito atronador en una discoteca de Zaragoza en la época en la que me encontraba en la ciudad maña haciendo el servicio militar en el campo de reclutas de San Gregorio. Me quedé con todas las titis de la discoteca, y las bragas y sostenes me llovían a mansalva. Con mis movimientos rítmicos de caderas y girando sobre mí mismo, la sala aquella se venía abajo. Pero el apoteosis era cuando flexionaba las piernas y rodillas al estilo de John Travolta en “Fiebre de Sábado Noche”, lo malo es que no pude concluir el baile del todo, ya que cuando me coloqué en el centro de la pista de baile con los brazos en jarra y moviendo el pubis como una batidora, un grupo de esas chicas enloquecidas se abalanzaron sobre mí, y tuvieron que intervenir tres guardias de seguridad de la discoteca para que mi integridad física no corriese peligro. Aquellos hombres pasaron lo suyo para zafarme de las chicas, y prácticamente en volandas me sacaron por una puerta de emergencia, aunque yo seguía meneando las piernas como las lombrices, porque quería que aquellos momentos míticos de mi baile fuesen eternos. Ahora cada vez que recuerdo la canción siento un hondo pesar y tristeza, ya que ni flexionar las rodillas ni “na de na”. Todo lo contrario; me agacho para abrocharme los cordones de las zapatillas y me deshago en flatulencias.