DAR
PALOS DE CIEGO.
La
ceguera, aparte de constituir una tremenda desgracia para quien la
sufre, ha sido siempre motivo de hilaridad y pretexto de expresiones
divertidas. Lo prueba el hecho de que en el pasado existían no pocos
juegos populares cuyo fundamento estribaba en privar ocasionalmente
de la visión a los participantes. Tal era el caso de “la gallina
ciega”, y , en especial de la “piñata”, juego que llegó a dar
nombre a un día (el llamado Domingo de Piñata), en cuyos festejos
se vendaban los ojos de los participantes y éstos, armados de un
palo, la emprendían a garrotazos contra una cazuela de barro
pendiente de un hilo. Cuando, alcanzada por un garrotazo certero, la
vasija se desventraba derramando su contenido, agua o menudas
golosinas sobre el autor del golpe, la gente estallaba en bullicioso
jolgorio. De estas expansiones, no extinguidas del todo, procede la
frase dar palos de ciego, con
la que suele significarse el perjuicio que a menudo se sigue de
proceder sin tino y a lo loco en cualquier asunto delicado.
ENTRAR
CON PIE DERECHO.
Esta expresión, que utilizamos para significar el
comienzo correcto y favorable de alguna cosa, aunque comúnmente se
la cree forma residual de alguna práctica supersticional, lo cierto
es que tiene su origen en la rúbrica de los Misales, donde, por
arcanos motivos, se prescribe que el celebrante, una vez recitado el
Introito y al disponerse a subir las gradas del altar, inicie el paso
con el pie derecho.
IR
DE PUNTA EN BLANCO.
En
los antiguos usos caballerescos, ir de punta en blanco
significaba llevar desnudas y
listas para el ataque todas las armas del arnés, las cuales, por ser
de acero bruñido, centelleaban al sol con una blancura
resplandeciente. Por analogía, el modismo, al correr del tiempo,
vino a aplicarse también al acto de vestir suntuariamente, bien de
uniforme o de etiqueta, y con el máximo esmero, tal y como se
utiliza comúnmente en el lenguaje familiar.
HAY
MOROS EN LA COSTA.
Sabido
es que durante siglos el Levante español fue objeto de frecuentes
depredaciones por parte de los piratas berberiscos. Los pueblos
ribereños, a causa de ello, vivían en continua zozobra y para
prevenir el peligro se levantaron a lo largo de la costa numerosas
atalayas de mampostería ciega, a las que se ascendía por medio de
escalas de cuerda susceptibles de ser retiradas. Desde lo alto de
estas torres vigilábase el ancho horizonte, y no bien se avizoraban
las velas berberiscas, el centinela de turno rompía a gritar ¡Hay
moros en la costa! Sonaba la
campana, encendíanse hogueras de señal, y las gentes, alertadas, se
apercibían para la defensa. El sistema perduró hasta muchos años
después, cuando fue ajustada la paz con los reyezuelos de Berbería.
Pero el proverbial grito de ¡Hay moros en la costa!, pasó
a ser expresión familiar para llamar a la cautela ante cualquier
clase de suceso peligroso.
SON
HABAS CONTADAS.
En
el pasado, era costumbre hacer las cuentas domésticas por medio de
alubias, así como fiar a éstas en su doble calidad de blancas y
negras, las pruebas de suerte por extracción. De ahí proviene el
dicho son habas contadas, que
hoy utilizamos metafóricamente para indicar que una cosa es clara y
exacta en número, sin posibilidad de reajuste o modificación
alguna.
ESTAR
EN BABIA.
Babia
es una apartada comarca leonesa, poco feraz y bastante abrupta, en
cuyo término se asientan hoy importantes pantanos de aprovechamiento
hidroeléctrico. Durante al Edad Media, al parecer, abundaba allí la
caza, y los reyes de León eligieron aquel lugar como punto de
reposo, huyendo de los negocios de la Corte, harto complicados con
las intrigas de los nobles, empeñados en instaurar un régimen
feudal semejante al de la Europa septentrional. Estas ausencias del
monarca motivaban a menudo la inquietud de los vasallos, a quienes,
cuando preguntaban por él, se les respondía evasivamente que el
rey estaba en Babia. La
expresión se hizo proverbial y así pasó al lenguaje común para
significar toda disposición de ánimo desentendida, adrede o
involuntariamente, de cualquier quehacer acuciante.
Conozco todos esos dichos menos el de las habas contadas que gracias a ti conocí hoy.
ResponderEliminarBesos Rafa
los conocía todos menos el de la Babia
ResponderEliminarincluso acá se han hecho modificaciones a algunos
ejemplo el de
Hay moros en la costa
acá se dice NO hay moros en la costa
abrazos
en cuba deciamos SALIR CON EL PIE DERECHO... y tambien usabamos el de HAY MOROS EN LA COSTA... lo demás no los había escuchado.
ResponderEliminarun abrazo amigo... pules constantemente nuestro intelecto.
carlos
Rafa, muy buenas todas, las conocía excepto la de son habas contadas.
ResponderEliminarBesos, buena tarde
El famoso dicho de "estar en Babia" es de mi tierra y la verdad que una vez se va por Babia, se entiende estupendamente el porque te olvidas de casi todo.
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Muchas gracias Rafa, me encanta conocer el por qué de los dichos.- Besicos.
ResponderEliminarSe aprende mucho por tu blog, creo que eres profesor y tienes mono de enseñanzaq en vacaciones jajajajaj. Besos.
ResponderEliminarComo siempre entrar en tu blog´és adquirir cultura,y pasar un rato
ResponderEliminar¿quieres echar un polvo?
ResponderEliminarLei que esa frase "data de los felices años 20, unos años mágicos. España no sufría las consecuencias de la guerra mundial y tuvo una postguerra tranquila. Los españoles conocieron el hedonismo, la buena vida y por consecuencia se incrementó el vicio del tabaco inhalado (el célebre rapé).El consumo de tabaco rapé, un tabaco en polvo que se inhalaba por la nariz. ya era una moda entre la nobleza europea del siglo XVIII. Tras moler las hojas de tabaco, el polvo era mezclado con aceites esenciales que le daban determinados aromas. Entonces era almacenados en recipientes herméticos que permitían que los aromas impregnaran el polvo de tabaco.
Tradicionalmente, sus consumidores colocaban una pizca de tabaco rapé sobre el reverso de la palma de la mano y lo inhalaban por la nariz. Portaban el tabaco en pequeñas tabaqueras, generalmente de porcelana, cuya elegancia también formaba parte del juego y el ritual de rapé. Todos los hombres que se preciaban de elegantes llevaban en su bolsillo este bonito recipiente, en forma de caja, conteniendo el polvo de tabaco (rapé), que se intercambiaba como signo de cortesía "
¿quieres echar un polvo?
Pero como era de mala educación inhalar ante señoras, los hombres cuando sentían el sindrome de abstinencia salían del salón, con la excusa de echar un polvo.
Muchas veces la ausencia del salón, no era exactamente para inhalar rapé sino para tener un encuentro con alguna damisela en las habitaciones altas que tenían todas las casas de "buena familia". La excusa para su ausencia era: -"voy a echar un polvo"- y se perdía por las habitaciones, donde se encontraba con su amante para un encuentro sexual.....
Vamos a echar un polvo Rafa?? Jajaja...
Solo una pequeña nota para tu entretenido e informativo blog...
Besos compañero!!!
Gracias India Rebelde por tanta información y tan detallada sobre "echar un polvo", te has documentado de cojones. Pues mira el origen de "Vamos a echar un polvo India Rebelde" jajaja no lo conocía, y me imagino que muchos de los seguidores tampoco. Muchas gracias por tu aportación, y ya sabemos una cosa de más sobre echar un polvo. Así que sí ahora se lo digo a alguna dama que no se ofenda, ya que yo también me voy a chutar como los de antaño.
ResponderEliminarBesos India Rebelde.
Me encanta saber de esto, un abrazo!
ResponderEliminarMuy buen Post sobre el origen de todos estos dichos.
ResponderEliminarHay que admitir que somos un País de Refranes y Dichos variados y llenos de razón.
Abrazos.
Rafa cuantos recuerdos muchos de estor refranes los usaba mucho ese qjajaja en el colegio " no hay moros .. " jaajja y jugué mucho a la gallina ciega jajaja y la piñata claro desconocía el de habas, aah de punta en blanco lo usaba mucho pero ahora digo"primero muerta antes que sencilla" ajajjaja a, besos y dulces sueños
ResponderEliminarQUé interesante conocer el origen de aquello que utilizamos en nuestro hablar diario.
ResponderEliminarHabrá que seguir atentos a nuevas explicaciones.
Saludos!
Yo decía mucho antes la frase: "hay moros en la costa". Ahora como hay tantos por todos sitios hay que tener cuidadín cuando se dice, ja ja ja. Un abrazo.
ResponderEliminarInteresantes definiciones ahora ya nos queda mas claro.
ResponderEliminarComo echaba yo de menos leerte amigo, aquí estoy de nuevo ; )
Que pases un buen jueves.
Besos grandes.
Igual que el primer comentario, me faltaba saber el de las habas.
ResponderEliminarComo se aprende en su blog, amigo Rafa jaja.Un abrazo!
¿No habrá algún refrán que diga vamos a echarnos unos cuantos polvos? ja ja ja. No haría falta investigar su origen.
ResponderEliminarExcelente esta lectura del origen de refranes, historias cortas y divertidas de mucho interés para encontrar el nacimiento de estos recursos que tantas veces usamos sin conocimiento de causa.
Abrazos Rafa!!! todos los días se aprende algo!!!
Interesante.
ResponderEliminarEs curioso y hasta milagroso cómo expresiones de hace siglos siguen vigentes en nuestros días.
Saludos Rafa.
Hola, gracias a blogs amigos he llegado al tuyo, un placer, tus comentarios son de esos que día a día da gusto leer.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
Las costas del sur de Andalucioa tienen lugares muy bonitos para fotógrafos y pintores
ResponderEliminarHola Rafa,no conocía el de las habas, los demás si,desde ya que de ninguno conocía el verdadero origen.Muchos gobernantes deberían dejar de estar en "babia" y fijarse bien en lo que hacen.
ResponderEliminarGracias por desasnarme amigo.
Un abrazo.
La de las habas contadas, me pasa como a La Malquerida que ni sabía que existia...
ResponderEliminarBesos, Rafa.