HACERSE
LA BOCA AGUA.
Es
bien sabido que la presencia de un manjar apetitoso no sólo provoca
en nosotros el deseo de probarlo, sino que nos activa de manera
automática la secreción de las glándulas salivares. Tanto es así
que a veces la sola mención elogiosa de un plato determinado basta
para producir el mismo estimulo. A este fenómeno, que todos hemos
experimentado alguna vez, alude metafóricamente el dicho “hacerse
la boca agua”, con que de
ordinario expresamos la expectativa gozosa de un suceso esperado y
deleitable.
HAY
ROPA TENDIDA.
¿Quién no ha oído alguna vez esta expresión? Se utiliza como
regular como llamada de silencio o discreción cuando en el seno de
una reunión se hallan niños o personas cuya sensibilidad pudiera
escandalizarse con lo que allí se trata. El dicho procede del argot
carcelario. Lo intercalan los reclusos en sus conversaciones, así
que advierten que se acerca a ellos algún vigilante o funcionario de
prisiones. Es la señal convenida para mudar de tema o dar a éste un
giro moderado y de prudente disimulo.
SER LA
CARABA.
Hacia
mediados del siglo pasado, en ocasión de una Feria de Sevilla, unos
gitanos montaron en el Real de la Feria una barraca destartalada en
cuyo acceso pusieron este cartel de reclamo: “La Karaba.
Se ve por cuatro reales”. Se
hizo circular el rumor de que allí se exhibía un animal informe,
monstruoso y nunca visto, aunque en definitiva no fuese sino una mula
añosa y llena de mataduras. Con todo, la gente acudía al reclamo
del fenómeno, y cuando a poco, desencantaba e iracunda, abandonaba
el chamizo. Una gitanilla avispada aplacaba los ánimos diciendo que
allí no se engañaba a nadie, puesto que era animal “quéaraba,
quéaraba” mucho en otro tiempo y que ya “no araba” debido a su
mucha edad. El eco alcanzado por la divertida superchería acabó por
materializar el vocablo “la caraba”,
empelado desde entonces para calificar cualquier hecho o suceso
insólito, grotesco y jocosa.
ANDAR
A LA GREÑA.
El
Diccionario define la greña como masa de pelos revuelta y mal
compuesta, propia de gentes poco o nada cuidadosas de su aseo
personal. Esta forma de desaliño era bastante corriente en otros
tiempos entre las mujeres de ínfima condición social, las cuales,
por otra parte,al enzarzarse en pelea, hacían presa obstinada en sus
respectivas cabelleras. De ahí procede el dicho “andar a
la greña”, aplicado
también, por extensión, al acto de trabarse en disputa dos o más
personas.
TENER
MÁS ORGULLO QUE DON RODRIGO EN LA HORCA.
Don
Rodrigo Calderón, marqués de Siete Iglesias, fue valido del rey
Felipe III; pero al acceder al trono Felipe IV y obtener la privanza
el Conde-Duque de Olivares, no sólo cayó en desgracia, sino que fue
objeto de un proceso ruidoso, en el que, entre oras gravísimas
acusaciones, se le imputaba el envenenamiento de la reina Margarita,
muerta en circunstancias extrañas. Condenado a morir decapitado, don
Rodrigo acogió la noticia con impresionante entereza y así subió
al cadalso, entre el rumor y la admiración de la concurrencia.
Abrazó al verdugo y entregó el alma pronunciando el nombre de
Jesús. Aquella arrogante compostura dio pie al dicho “tener
más orgullo que don Rodrigo en la horca”, con
el que usualmente se pondera la actitud de quien, aun en las
circunstancias más adversas, mantiene inquebrantable su altivez.
LLAMALE
HACHE.
Hasta
el siglo XVI, la letra H, en nuestro idioma, tenía un valor
fricativo laríngeo, similar al de la J, pero al perder ese sonido y
hacerse átona, cayó en menosprecio de la gente sencilla, de donde,
por consecuencia, nació el modismo “llámale hache”,
como equivalente, en el lenguaje familiar, de es lo mismo,
o tanto da una cosa como otra,
que hoy seguimos utilizando.
GRACIAS COMO SIEMPRE POR ACERCAROS POR AQUÍ. QUE PASÉIS BUENAS FIESTAS.
ResponderEliminarUN ABRAZO.
Felices fiestas amigo, fue un gusto descubrir tu blog, desde el Blog de Boris Estebitan te mando los mejores deseos.
ResponderEliminarBonita portada del libro :-)
ResponderEliminarFelices fiestas y un fuerte abrazo Rafa!
Nosostos decimos "se nos hace agua la boca"; el segundo también lo usamos (o el similar: "hay moros en la costa").
ResponderEliminarLos restantes no los conocía.
Muy bien, Rafa refranero...
Un abrazo.
Cuantas cosas, que no sabía
ResponderEliminarBss Y lo dicho: FELIZ NAVIDAD.
esta vez había más de uno que no conocía, gracias por traerlos.
ResponderEliminar;-)
Besos, Rafa.